Foto: Reuters El ex presidente boliviano Evo Morales calificó hoy de antidemocrático al gobierno interino que le sucedió en el poder tras su renuncia el pasado 10 de noviembre  

Buenos Aires.- El ex presidente boliviano Evo Morales calificó hoy de antidemocrático al gobierno interino que le sucedió en el poder tras su renuncia el pasado 10 de noviembre por atentar contra los medios de comunicación.

 

“En Bolivia sacaron del aire a los canales Telesur y Russia Today, después eliminaron a las radios comunitarias y ahora meten presos a jóvenes del programa de radio y sitio de noticias, La Resistencia. ¿Eso es democracia?”, cuestionó el ex mandatario en su perfil de la red social Twitter.

 

“Cada día los golpistas desenmascaran su verdadero rostro”, agregó, minutos después de haber afirmado que la intromisión de Estados Unidos en Bolivia se refleja en las presiones que ejerce contra su refugio político, “ante la complacencia del gobierno de facto de Áñez, Camacho y Mesa”.

 

“Estados Unidos defiende el golpe que sin ningún escrúpulo ayudó a consolidar”, denunció Morales, para quien los eventos que desembocaron en su renuncia a la presidencia de la nación andina constituyeron un golpe de Estado y no la consecuencia de reclamos populares derivados de acusaciones de fraude en los comicios presidenciales del 20 de octubre.

 

Según los datos oficiales del ente electoral boliviano, Morales habría ganado en dichos comicios para un cuarto mandato presidencial, por encima del opositor Carlos Mesa.

 

Sin embargo, la Organización de Estados Americanos (OEA) concluyó en una auditoría electoral que el ejercicio estuvo plagado de “irregularidades” que, si bien no ponían en entredicho la victoria de Morales, hacían necesaria la realización de un balotaje, contemplado en la legislación boliviana, por ser dudosa la obtención de una ventaja que garantizase la victoria en primera instancia.

 

Ante el veredicto del organismo multinacional, la Policía y el Ejército boliviano retiraron su apoyo al ex mandatario y le instaron a abandonar el poder, lo cual hizo Morales, para luego asilarse en México. Una vez allí, quien fue el primer presidente indígena de Bolivia, afirmó que fue derrocado por un golpe de Estado orquestado por la derecha boliviana, en complicidad con Washington y la OEA.

 

Tras la renuncia de Morales, la otrora senadora opositora Jeanine Áñez se proclamó como presidenta interina. Desde su arribo a la jefatura del Ejecutivo ha cuestionado la gestión del ex mandatario y líder del Movimiento al Socialismo, y perseguido a ex funcionarios y seguidores de éste, nueve de los cuales están asilados en la embajada mexicana en La Paz.

 

 

 

fahl