El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) estima que durante el día de año nuevo nacieron más de 392 mil bebés en el mundo, más de la mitad de ellos en países como India, china, Nigeria y Pakistán.

Sin embargo, el nacimiento de este importante número de niños contrasta con los 2.5 millones que murieron durante su primer mes de vida en el año 2018.

Ante esa elevada cifra, el Fondo hizo un llamado tanto a los líderes mundiales como a las naciones a capacitar a los trabajadores sanitarios con conocimientos y materiales adecuados para atender a los menores durante esta importante etapa de la vida.

En palabras de la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore: “el comienzo de un nuevo año y una nueva década es una oportunidad para reflexionar sobre nuestras esperanzas y aspiraciones, no sólo para nuestro futuro, sino para el futuro de aquellos que vendrán después de nosotros”.

Un futuro del cual no pudieron gozar 2.5 millones de recién nacidos por haber fallecido durante su primer mes de vida el año 2018, casi un tercio de ellos en su primer día de vida.

De ellos, la mayoría murió por causas prevenibles, como un nacimiento prematuro, complicaciones durante el parto y afecciones como la sepsis. A esa cifra hay que añadirle que anualmente más de 2.5 millones de bebés nacen muertos.

Pese a los destacados avances en mortalidad infantil durante las tres últimas décadas, con una disminución del fallecimiento de menores de 5 años superior a 50%, resalta la lentitud de los avances relacionados con los recién nacidos. Así, 47% el total de muertes de menores de cinco años en 2018 se produjeron durante su primer mes de vida.

UNICEF, a través de su campaña Cada Vida Cuenta, conmina a realizar una inversión inmediata en capacitación y equipamientos de los trabajadores sanitarios que sirva para garantizar que todas las madres y los recién nacidos reciban la atención adecuada para prevenir y tratar las complicaciones durante el embarazo, el parto y el nacimiento.

LEG