El 24 de diciembre de 2018, se vio marcado por la tragedia. Para Puebla y para Acción Nacional, el desplome del helicóptero en el que viajaban la primera gobernadora panista Martha Erika Alonso y el coordinador de los senadores del grupo mayoritario de oposición Rafael Moreno Valle, fue una noticia totalmente devastadora. La pérdida de cinco vidas en ese siniestro movió las fibras más sensibles de la política mexicana.

El helicóptero en el que viajaban se precipitó sobre terrenos de cultivo del municipio de Santa María Coronango, Puebla, cobrando la vida también de los capitanes Roberto Coppe, Marco Antonio Tavera y del asistente del senador, Héctor Baltazar.

Tras la noticia, diversas instancias intervinieron, incluso el Secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, se comprometió a realizar las investigaciones necesarias para conocer las causas de este hecho. Por su parte, en el Senado de la República, se conformó una Comisión Especial para la investigación del accidente aéreo, sin embargo, a un año, los resultados son insuficientes.

El día de ayer en conferencia de prensa, el titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, encargado de llevar a cabo las indagatorias para esclarecer el incidente aéreo, señaló que con este informe, se han llevado a cabo 9 conferencias de prensa, 6 comunicados, 3 informes al Congreso de la Unión y una comparecencia ante la Comisión Especial del Senado de la República, sin embargo, se le olvidó decir que en ninguno de ellos se ha aclarado lo ocurrido en aquella víspera de Noche Buena.

El secretario Jiménez Espriú volvió a relatar de manera cronológica las actividades realizadas desde el año pasado, pero sin novedades sobre la investigación y nuevamente postergando la rendición de un informe final, afirmó que durante el primer trimestre 2020 se llevará a cabo la publicación del diagnóstico del incidente, el cual será exhaustivo y detallado. Sin embargo, nuevamente nos quedamos a la espera de los resultados de una investigación que debería ser prioridad para dar certeza a los mexicanos.

A pesar de que se afirma que no fue un atentado, la verdad es que no han presentado las pruebas suficientes para desechar esta causal. La ausencia de explosivos y balazos que señaló el secretario, no son los únicos indicios que pueden desestimar un atentado. Ojalá el Gobierno de México, dé certeza sobre las investigaciones de este lamentable suceso. 

Los mexicanos merecemos conocer la verdad de los hechos sobre la muerte de una gobernadora que públicamente fue violentada por la Cuarta Transformación. Merecemos que la violencia política en razón de género de la que fue víctima Martha Erika, cese por completo.