El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, aseguró que el cambio de régimen a través de la violencia en Venezuela “está sobre la mesa para recuperar la democracia y la prosperidad”.
Remarcó que el gobierno del autoproclamado presidente interino venezolano Juan Guaidó trabaja para conseguir la restauración de la democracia, mientras que el presidente Nicolás Maduro no volverá a gobernar, aunque él y otros dictadores trabajarán para reprimir a la población.
Pompeo dictó una conferencia en la Universidad de Louisville, en Kentucky, donde mencionó que el autoritarismo es una amenaza para su país y no será tolerado.
Por ello, explicó el gobierno del presidente estadounidense Donald Trump ha dado marcha atrás en la flexibilización de las relaciones con Cuba que impulsó el ex presidente Barack Obama, pues las violaciones a los derechos humanos han aumentado.
En su conferencia titulada “Realismo, Reducción y Respeto a América Latina”, agregó que el gobierno cubano “trafica” con los médicos que envían al resto del mundo para generar ingresos para el gobierno.
Del salario que percibían esos médicos en otras latitudes, solamente podían quedarse con el cinco o a lo más 20%, aseguró el jefe de la diplomacia estadounidense.
Adelantó que Nicaragua tendrá sanciones económicas por parte de Estados Unidos para restaurar la democracia, y se hará lo posible para brindar auxilio a cualquier país que lo necesite, pues Washington ha tomado decisiones difíciles en los problemas en torno a América Latina.
Remarcó que Estados Unidos prevendrá que tanto en Colombia como en Chile no “se infiltren terroristas” en las manifestaciones, ya que las expresiones de desacuerdo son normales en la democracia.
Mientras que en el resto de los países su gobierno hará lo posible por que “la desesperación del pueblo no los lleve a ignorar su propia democracia” con violencia e influidos por las políticas de Cuba y Venezuela.
Solicitó que México, El Salvador, Honduras y Guatemala hagan lo posible por detener a los migrantes que llegan a EUA, ya que la “pobre vigilancia de las fronteras” viola los derechos de los ciudadanos estadounidenses en su búsqueda de la felicidad.
Al finalizar aseguró que en su país las políticas internacionales están construidas en el respeto y dejarán que su “patio trasero”, en referencia a toda América Latina, maneje sus propios problemas.
RYHP