Durante décadas, Tamaulipas, Guerrero y Michoacán se distinguieron por ser el centro de la violencia y la impunidad generada por el crimen organizado.

En Michoacán, el llamado del entonces gobernador Lázaro Cárdenas Batel a Vicente Fox para combatir a los delincuentes no fue escuchado hasta que, por consideraciones políticas y de legitimidad, Felipe Calderón lanzó su guerra contra el narco, con el consecuente baño de sangre que hasta hoy vivimos.

En Guerrero, el gobierno de Ángel Heladio Aguirre Rivero, se vio manchado no solo por la presencia endémica de los delincuentes, sino también por el horror que derivo en la noche de Iguala en la desaparecieron de 43 alumnos de la normal de Ayotzinapa. Ese hecho puso fin al sexenio de Peña Nieto.

En los conteos que hacen el INEGI y organizaciones civiles como el Semáforo Delictivo, esas entidades ya no son los estados más violentos. De las tres entidades mencionadas, la que está saliendo del bache es Tamaulipas.

Un reporte del diario Reforma indica que Reynosa, una de las ciudades que más violencia tenía, hoy está en la lista de las demarcaciones que encabezan la lista de generación de empleos, con 7 mil 102 plazas de trabajo registradas ante el IMSS.

Junto a Baja California Sur, Quintana Roo, Yucatán, Sonora, Baja California, Ciudad de México y Tlaxcala, Tamaulipas conforma el grupo de estados que tienen una mayor participación de su población en la actividad económica.

Hace unos meses, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguraba que Tamaulipas ya no era una entidad que preocupara por cuestiones de seguridad, solo tenía a Nuevo Laredo en la lista de atención.

Los últimos tres gobiernos del PRI en Tamaulipas marcaron la vida de sus ciudadanos que vivieron prácticamente secuestrados pues no sabían quién era más peligroso, si la delincuencia uniformada o la que tenía bajo sus órdenes al Gobierno estatal.

Según el Gobierno federal, la estrategia de seguridad emprendida por el Gobierno estatal de Francisco Javier García Cabeza de Vaca, está provocando el regreso de la inversión, la consecuente generación de empleo y el regreso del turismo nacional e internacional a Tamaulipas.

Ese estado ya no es el infierno de hace unos años. Si mantienen el paso y no creen que ya lo hicieron todo, se sentaran las bases para que lo alcanzado hasta hoy sea irreversible.

La Letrina. El Palacio de San Lázaro está bloqueado desde hace dos semanas por grupos que no quieren perder recursos que mantienen vivas a las organizaciones rentistas. Quien no entienda que la 4T pasa por la reasignación de los recursos, pasó de noche lo que sucedió en julio de 2018.