Por muchos años México ha sido uno de los principales exportadores de pulpa seca de coco para producir aceite. En la década de los 50 estados como Guerrero, Colima y Michoacán se convirtieron en grandes productores de coco, el cual tenía en Estados Unidos como principal destino.

 

Sin embargo, en los años 70 y 80 se originó una crisis debido a la caída de los precios que se pagaba a los productores. Además, las tierras perdieron fertilidad debido a su constante uso sin descanso. Ello se sumó a que Estados Unidos buscaba impulsar su industria nacional, a través de la promoción de otros tipos de aceites.

 

Luego de casi dos décadas la industria se recuperó y ya ha empezado a levantar vuelo. Con el descubrimiento de que el agua de coco es beneficiosa para la salud debido a sus propiedades (contiene potasio, aminoácidos y vitaminas), el mercado volvió a crecer de manera exponencial. Pero esta vez el foco no solo apuntaba a Estados Unidos, sino también a Europa.

 

Los países más beneficiarios con este nuevo boom son Filipinas, Indonesia, India, Tailandia, Malasia, Sri Lanka y Vietnam. No obstante, México ha logrado posicionarse en el ránking de los 10 principales productores de coco en todo el mundo. En el primer lugar aparece Indonesia, mientras que en Latinoamérica solo es superado por Brasil.

 

El gobierno ha impulsado su producción alimentaria en los últimos tiempos, y es una de las industrias que más ha crecido. Así pues, de acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, México trabaja para ingresar a 38 mercados de exportación en América, Asia, África y Europa. En total hay 90 productos agroalimentarios que esperan traspasar fronteras.

 

De acuerdo con la institución, el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) busca cerrar acuerdos con sus pares extranjeros en cuanto a lo que se refiere a los protocolos fitosanitarios que se necesitan para el ingreso de frutas y vegetales mexicanos.

 

Según la especialista de REVIEWBOX, Alejandra Flores, México busca ampliar sus mercados más allá de Estados Unidos, el cual concentra casi el 80 % de las exportaciones. “Hasta 2018 México figuraba como el onceavo productos y el décimo mayor exportador de alimentos en todo el mundo. Las ventas agroalimentarias a mercados internacionales superaron los 34.000 millones de dólares, lo cual es resultado de la diversificación de los mercados para los productos de campo”, señala.

 

Actualmente, México trabaja para exportar aguacate, café, limón, mango, coco, durazno, nopal, entre otros productos, a países latinoamericanos como Brasil, Chile, Colombia y Venezuela. Asimismo, hay gestiones con potencias asiáticas, como China, India y Japón, para la comercialización de diversos productos hortofrutícolas. Por último, se busca explorar mercados exóticos. Egipto, Marruecos y Túnez son algunos países interesados en importar trigo, maíz y café mexicanos.

 

DAMG