Por Karina Aguilar

Lunes: 13 policías son asesinados en una emboscada en Michoacán, martes: 14 civiles y un militar mueren en un enfrentamiento en Guerrero; miércoles: grupos armados atacan en Nuevo Laredo un cuartel militar; jueves: ocho muertos, 16 heridos y 51 reos evadidos; son las cifras que en una semana dejó la violencia en México. Sin contar los delitos comunes y del fuero federal que no captaron reflectores.

 

Pero para el Presidente, Andrés Manuel López Obrador, no hay un Estado fallido, esa idea sólo está en el discurso de los adversarios, de los conservadores.

 

“Y ya sabemos lo que no hay que hacer, el uso de la fuerza, de la violencia, de las masacres, ya sabemos que eso no da resultados. Sin embargo, nuestros adversarios quisieran que continuáramos con lo mismo, no vamos nosotros a cambiar nuestra política”.

 

Los eventos en los que participaron integrantes del crimen organizado y de las Fuerzas Armadas, demuestran falta de pericia, ausencia de estrategia para combatir la delincuencia o peor aún, un Estado rebasado en número y fuerza por el crimen organizado.

 

Ceder ante los criminales es, desde cualquier punto de vista, señal de debilidad; la verdadera razón de haber dejado en libertad a Ovidio Guzmán, hijo del narcotraficante preso en Estados Unidos, Joaquín Guzmán, alias El Chapo Guzmán, demuestra el poderío que aún tiene el líder del cártel de Sinaloa.

 

La verdadera razón de la liberación del hijo de El Chapo, puede resultar aún más preocupante que la falta de táctica en el operativo montado por las Fuerzas Federales para su detención, pues queda en el aire la duda sobre a quién llamó Ovidio, por qué se tuvo que vestir de militar, con quién se negoció para su liberación, cuáles fueron las amenazas que recibió el Estado mexicano para ceder y a cambio de qué.

 

Haya sido, como haya sido y a pesar de que el primer mandatario califica de conservadores a quienes critican el fracaso del operativo, lo cierto es que el gobierno falló, hay una total inexperiencia del Gabinete de Seguridad o bien un exceso de soberbia e ignorancia al pensar que iban a poder entrar a Culiacán, territorio de la dinastía Guzmán a llevarse a uno de los suyos.

 

Pero lo que es inconcebible y una total burla al gobierno, es el reconocimiento hecho por la familia del Chapo a través de sus abogados, quienes agradecieron a la administración de López Obrador, la liberación de Ovidio.

 

Lo evidente es que la violencia en México está incrementando y con hechos como los ocurridos la semana pasada, los mexicanos nos sentimos cada vez más vulnerables e inseguros.

 

Y en Pregunta Sin Ofensa:

 

Hablando de violencia: Han pasado 52 días del ataque a un bar en Coatzacoalcos, Veracruz donde perdieron la vida 29 personas ¿Y los responsables?

 

DAMG