Foto: Reuters El presidente chileno Sebastián Piñera decretó estado de emergencia la madrugada del sábado tras una violenta jornada de protestas por el alza del transporte público  

SANTIAGO.– El presidente chileno Sebastián Piñera decretó estado de emergencia la madrugada del sábado tras una violenta jornada de protestas por el alza del transporte público que dejó incendios en estaciones de metro, barricadas y enfrenamientos en las calles entre manifestantes y policía.

 

La red del tren subterráneo, una de las más modernas de América Latina con 140 kilómetros de extensión y 136 estaciones, ha sido escenario desde hace 11 días de protestas convocadas por jóvenes y estudiantes que llamaron a evadir el pago de los pasajes del transporte en protesta por el incremento.

 

“Haciendo uso de las facultades que como presidente de Chile me otorga la Constitución y la ley, he decretado estado de emergencia”, dijo Piñera en una breve declaración a la prensa en el Palacio de La Moneda.

 

“El objetivo de este estado de emergencia es muy simple pero muy profundo, asegurar el orden público, la tranquilidad de los habitantes de la ciudad de Santiago“, añadió el presidente sobre una medida que en casos excepcionales puede restringir los derechos y garantías de los ciudadanos.

 

La declaración de estado de emergencia incluye a dos provincias de la Región Metropolitana, entre ellas Santiago, y dos populosos municipios al sur de la capital, que quedaron bajo dependencia del jefe de la Defensa Nacional que designe el presidente.

 

En el 2010, el gobierno decretó estado de emergencia en algunas áreas del sur país tras un fuerte terremoto que generó pánico en la población y saqueos por temor al desabastecimiento.

 

Más temprano el viernes, la compañía estatal había informado que toda la red del metro había sido cerrada “por disturbios y destrozos que impiden contar con las condiciones mínimas de seguridad para pasajeros y trabajadores”.

 

El servicio quedará suspendido al menos por el fin de semana.

 

La policía antidisturbios se desplegó desde primeras horas de la tarde en las calles de Santiago en medio de las protestas de usuarios indignados por el aumento de las tarifas. Las estaciones de metro comenzaron a cerrar paulatinamente mientras miles de personas caminaban por las usualmente tranquilas avenidas de la capital chilena.

 

Al caer la noche se registraron incendios en varias estaciones, así como barricadas en las calles. En el centro de Santiago, el edificio corporativo de la empresa eléctrica Enel sufrió un incendio en una de sus escaleras, que ya fue controlado por bomberos.

 

Por su parte, la policía antidisturbios reprimía a manifestantes con gases lacrimógenos y golpes, mientras se registraban “cacerolazos” en varias partes de Santiago y, desde sus vehículos, los automovilistas hacían sonar las bocinas.

 

La estatal Metro de Santiago dijo en un comunicado que en 11 días de manifestaciones al viernes hubo más de 200 episodios de disturbios en estaciones que dejaron daños por más de 500 millones de pesos (unos 700 mil dólares) por destrozos en puertas y vías de acceso, ascensores y cámaras, entre otros.

 

Las manifestaciones, que se han convocado a través de redes sociales, reflejan las agudas divisiones del país sudamericano, uno de los más prósperos de la región pero con fuertes desigualdades.

 

El gobierno chileno también anunció el viernes que presentarán acciones judiciales contra los responsables de los desmanes, usando una ley que impone penas mas severas.

 

 

 

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