El Fondo Monetario Internacional (FMI) recomendó el viernes a México reconsiderar su postura de limitar la cooperación de las empresas privadas con la estatal Pemex, pues todo el peso de la estabilización financiera de la petrolera altamente endeudada recae sólo en el Gobierno.

 

La administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, que asumió el poder en diciembre, ha acabado con las licitaciones para buscar socios a Pemex que se implementaron en el gobierno de su antecesor, Enrique Peña, y ha preferido volcarse en los contratos de servicios, que dan más control a la estatal sobre los proyectos de hidrocarburos.

 

“La misión recomienda reconsiderar estas decisiones, ya que colocan la responsabilidad de estabilizar a Pemex directamente en el gobierno”, dijo el FMI en un comunicado después de la visita de una misión a México en septiembre.

 

“Lo más importante es que las empresas conjuntas con el sector privado siguen siendo la forma más prometedora de reemplazar las reservas y aumentar la producción, dadas las presiones fiscales”, añadió.

 

Las finanzas de Pemex son frágiles y carga con una deuda de más de 100 mil millones de dólares. El gobierno ha entregado varios apoyos a la petrolera como reducciones de impuestos e inyección de capital para tratar de darle un ligero respiro, pero no ha sido suficiente.

 

La agencia Fitch redujo su calificación crediticia a la categoría de basura en junio, pero Pemex sigue bajo el escrutinio de las calificadoras de riesgo debido a sus grandes pasivos y capital de trabajo negativo.

 

La petrolera está batallando para evitar que su producción de hidrocarburos siga declinando mientras trata de manejar una deuda financiera.

 

El director de la empresa, Octavio Romero dijo a finales de septiembre que la petrolera estaba produciendo un promedio de 1.715 millones de barriles por día (bpd) de crudo en ese mes. Hasta agosto, había reportado un promedio en lo que va del año de 1.672 millones de bpd.

 

 

fahl