Con poemas y cantos en lenguas indígenas- como el náhuatl, mixe, mixteco, zapoteco, totonaco– se rindió el homenaje en honor de Miguel León-Portilla, “el historiador de historiadores, el defensor de nuestros orígenes, quien dio la voz al espíritu de nuestra raza, expreso el rector de la Universidad Nacional Autonóma de México (UNAM), Enrique Graue Wiechers.


A las 10:00 horas, en el Palacio de Bellas Artes, la Secretaría de Cultura y la UNAM rindieron en conjunto el homenaje por el deceso del autor de La Visión de los vencidos, ocurrida el 1 de octubre a la edad de 93 años.


Alrededor de las 12:30 horas, luego de un recorrido por las calles de la Ciudad de México, llegó el cuerpo del historiador y filosofo al Palacio de Bellas Artes que fue recibido con aplausos y exclamaciones: ¡bravo, maestro, bravo! maestro! del público presente.

La primera guardia de honor estuvo conformada por su viuda Ascensión Hernández, su hija Marisa León-Portilla, su yerno Gerardo Hierro, Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del Presidente de la República; la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto; el rector de la UNAM, y el director del Instituto Nacional de Atropología e Historia (INAH), Diego Prieto.

Antes de hacer la guardia de honor, Fraustro, Gutiérrez Müller, Graue y la viuda colocaron las banderas de México y de la UNAM sobre el féretro del gran toltécatl, quien dio voz a los pueblos indígenas de la nación.

El rector Graue dijo que la UNAM está de luto y expresó que se nos fue un toltécatl que se preparó con su intelecto para obrar con el corazón, disfrutando la vida y el conocimiento, brindando enseñanzas sabias y buenas: “Se fue físicamente, pero nos deja su permanente sonrisa, su inmensa empatía por la humanidad, su libertad de pensamiento y su indomable espíritu de indagación”.

Posteriormente, la secretaria Frausto coincidió en que el día de hoy México despidió al gran tlamatini –sabio, entre los mexicas-, un sabio generoso que supo sembrar el amor al conocimiento, pero sobre todo el amor al México diverso.

Gerardo Hierro, yerno de quien fue uno de los historiadores más destacados de los siglos XX y XXI, leyó el texto “Rostro y corazón de Miguel”, de Clementina Díaz y de Ovando, quien retrató a su amigo León-Portilla como un hombre creativo, idealista, gentil, de humor travieso y juicio equilibrado.

“Miguel, lloramos tu partida, pero celebramos tu prolífica vida”, expresó Gerardo con voz quebrada, mientras surgían los aplausos y algunas lágrimas entre los presentes.

Al homenaje acudieron la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), Lucina Jiménez, el músico Carlos Prieto, el poeta Eduardo Lizalde, y las escritoras indígenas Briceida Cuevas y Celerina Sánchez, así como Natalia Toledo, actual subsecretaria de Diversidad Cultural.

La Visión de los vencidos, obra cumbre que se publicó por vez primera en la UNAM en abril de 1959, ha alcanzado 29 ediciones, múltiples reimpresiones y ha sido traducido a 20 idiomas con un tiraje acumulado de casi 700 mil ejemplares.

Las guardias de honor ante el féretro del filósofo continuaron entre la lectura de poemas en lenguas indígenas y música de la Banda Comunitaria de Texcoco.

 

Trayectoría del maestro
Miguel León Portilla

Miguel León-Portilla nació el 22 de febrero de 1926 en la Ciudad de México, curso sus primeros estudios en Guadalajara, Jalisco, pero fue en Los Ángeles, California, donde obtuvo el grado de artes en 1951.

En 1956 recibió el doctorado en Filosofía por la UNAM. Fue profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM desde 1957, estuvo al frente del Instituto de Investigaciones Históricas y fue miembro de la Junta de Gobierno de la UNAM.

Entre 1974 y 1975 fue nombrado cronista de la Ciudad de México, y en 1995 ingresó a la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, en el área especial de Antropología e Historia.

Como antropólogo, historiador, filólogo y filósofo, León Portilla centro su obra en los pueblos de México prehispánico. Entre sus libros más importantes: La filosofía náhuatl (1956), La visión de los vencidos (1959), Los antiguos mexicanos a través de sus crónicas y cantares (1961), El reverso de la Conquista (1964), Trece poetas del mundo azteca (1967), Literaturas indígenas de México (1992) y Quince poetas del mundo náhuatl (1994).

LEG