La Falla de Anatolia, considerada una de las estructuras geológicas más peligrosas del mundo y que provocaría un gran sismo que afectaría Estambul, Turquía, se activó tras los recientes movimientos telúricos en ese país, señaló una investigación.

 

“La metrópoli más grande de Turquía se encuentra en una de las estructuras geológicas más peligrosas del mundo, la llamada Falla de Anatolia del Norte. Donde los puentes aéreos conectan las partes europeas y asiáticas de Estambul, las placas de Eurasia y Anatolia se encuentran en el subsuelo”, explicó.

 

De acuerdo con un reporte del diario alemán Spiegel, los expertos advirtieron que la ciudad tiene 15 millones de habitantes y algunos edificios podrían colapsar, sin embargo, lo único que se conoce es que el movimiento será inevitable.

 

Explicaron que los pasados días 24 y 26 de septiembre se registraron dos terremotos con magnitudes de 4.7 y 5.7 grados, de forma respectiva, bajo el Mar de Mármara, a unos 70 kilómetros de Estambul, que también se sintieron en esa ciudad.

 

“Estamos observando los eventos muy de cerca”, afirmó Marco Bohnhoff del Centro de Investigación de Geociencias de Alemania (GFZ) en Potsdam.

 

“Los fuertes terremotos de más de siete en la escala de Richter han costado 20 mil vidas a lo largo de la falla desde principios del siglo XX”, de acuerdo con GFZ.

 

De acuerdo con el rotativo en línea “la Falla de Anatolia del Norte tiene un total de más de mil kilómetros de largo y se extiende desde el este de Anatolia sobre la costa del Mar Negro, el Mar de Mármara hasta el Egeo del Norte”.

 

Refirió que “solo en el área debajo del Mar de Mármara, al sur de Estambul, no había habido un terremoto tan fuerte en 250 años. Como resultado, se han acumulado tensiones extremas allí”.

 

Spiegel anotó que “en julio de 2019, los investigadores del Centro Geomar Helmholtz para la Investigación del Océano en Kiel publicaron un estudio en el que analizaron el límite de la placa bajo el Mar de Mármara con más detalle. En consecuencia, la placa de Eurasia y Anatolia se engancha bajo tierra. En lugar de pasar unos dos centímetros al año, las placas están pegadas”.

 

“Si esta tensión se disipa, las placas podrían avanzar más de cuatro metros de una sola vez. Un terremoto de magnitud 7.1 a 7.4 sería el resultado”, advirtieron.

 

“También sería posible que el voltaje acumulado en varios terremotos pequeños se descargue. Sin embargo, los expertos de Kiel no pueden predecir cuándo y cómo se liberarán las placas de su posición actual”, añadió.

 

PAL