Sábado 19 de marzo de 1994.

La Blazer de Luis Donaldo Colosio abandona Zitácuaro a paso lento rumbo un paraje donde abordaría un helicóptero de Ricardo Canavati.

Fue el final de una gira apoteósica de tres días por Michoacán donde la coronación fue un encuentro con los principales cuadros perredistas.

Más de 300 líderes reales convocados y presentados por el ex gobernador y futuro líder senatorial Genovero Figueroa.

-Se le ve contento –digo al candidato presidencial mientras él calienta un agua mineral exageradamente fría entregada por el general Domiro García Reyes.

-Fíjate nada más –asiente con su garganta desgastada y agripada-: yo tomé posesión del PRI el 7 de diciembre de 1988 y mi primer gira fue a Michoacán.

A la nota:

“Cuando llegué caminamos apenas unos cuantos changos por Morelia. Casi ningún priísta hizo caso a nuestra convocatoria. Muchos asistentes se apenaban, yo les pedí continuar con un ‘no podemos rendirnos’.

“Prometí regresar pronto y entonces sí éramos unos cientos. La gente nos veía y decía: ‘pobrecitos’. Mi primer objetivo fue reconstruir al PRI en los municipios. La pelea por Uruapan fue simbólica y la ganamos con un notario.

“Así comenzamos la reconstrucción del PRI”.

EL ÉMULO DE LA ESTRATEGIA

Septiembre de 2019:

Alejandro Moreno Alito, quien como Luis Donaldo Colosio encontró una organización devastada, tiene casi terminado un plan: levantar al Partido Revolucionario Institucional (PRI) desde el territorio.

-Vamos a ganar distrito por distrito, municipio por municipio… Ahí es donde están nuestros líderes reales y nuestra fuerza…

Y hacia allá va.

Hay tiempo, cree, para formar y recuperar cuadros competitivos para las elecciones de 2020 y 2021.

-Muchos se fueron porque los abandonamos, porque designamos dirigentes y candidatos sin historial priísta pero impuestos desde la cúpula, desde el poder y contra el partido.

La conquista de espacios se hará desde los municipios –y de los distritos en el caso de los diputados locales y federales- para aspirar a competir por las gubernaturas en más de medio territorio.

El primer gran pulso será en 2021 y a partir de ahí vendrán exámenes, correcciones y fortalecimiento de estrategias hacia 2024.

A ver si le da, porque Luis Donaldo Colosio tuvo un presidente priísta; Alejandro Moreno no lo tiene y va contra quien ambiciona la perpetuidad.

LA IZQUIERDA SE DIO EN EL PIE

La izquierda gobernante se dio un tiro en el pie.

Desde su origen descalificó la investigación sobre los delitos de Iguala y exigió la presentación con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

No le importó la inculpación de uno de los suyos, José Luis Abarca, a quien hizo presidente municipal y cuya orden desencadenó la aprehensión, entrega, desaparición y posiblemente el crimen múltiple.

Ya en el poder, esa misma izquierda se dice sorprendida con porque liberan a reos cuya captura y encarcelamiento surgió… de aquellas indagatorias.

El más comprometido es Alejandro Encinas, responsable de desacreditar la verdad histórica del ex procurador Jesús Murillo Karam, hoy con salud muy resquebrajada.

Pero con un gran equipo de abogados porque, es público, se ha convertido en objetivo de la Fiscalía General de la República (FGR) junto con Tomás Zerón.

Esto obliga a equipo de Encinas a hacer un trabajo mayor con un agravante: difícilmente podrá regresar a prisión a quienes ya fueron exonerados.

Y en esto no importa si, como concluyó Murillo Karam, son responsable de aquellos crímenes.

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