En Oaxaca y en la Ciudad de México se cristalizaron quizás las más significativas despedidas al artista plástico Francisco Toledo.
Una ofrenda elaborada con elotes, flores, papalotes y una fotografía monumental (de la maestra Graciela Iturbide) del también activista, colocadas en el lobby del Palacio de Bellas Artes, recibieron al público que llegó a honrar la memoria y obra del promotor cultural.
Niños, jóvenes, adultos, familias completas de la Ciudad de México, así como turistas nacionales y extranjeros llegaron al máximo recinto cultural del país para visitar la ofrenda y dejar en el libro de condolencias un mensaje, poema o un dibujo en memoria del artista juchiteco, fallecido el jueves.
Amenizó el encuentro la Banda Sinfónica Infantil y Juvenil de Texcoco con el Vals No. 2, de Shostakovich, así como sones y pasos dobles.
El músico mexicano, Javier Nandayapa, afirmó que la conmoción que ha generado a la comunidad artística y al país en general el fallecimiento de Toledo se debe a que “fue un gran activista, un luchador social que apoyó a tantas causas, lo que lleva a una irreparable pérdida”.
Consideró que Toledo era el más grande artista plástico en México y uno de los mayores a nivel mundial: “siempre tuve una gran admiración por él”.
Laura Ramírez Rasgado, subdirectora del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), mencionó que la ofrenda dispuesta en el mayor recinto cultural de México tiene como fin acercar a los ciudadanos al palacio para que manifiesten su sentir en el libro de condolencias.
“Todos estamos muy tristes por esta lamentable pérdida. Esas enseñanzas que nos deja el legado en materia de las artes y la música, de todas las instituciones que creó, como el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, las tenemos que honrar”, apuntó.
En dicho recinto, familia, amigos y trabajadores expresaron su sentir de diversas maneras, incluyendo el gesto de volar papalotes, una manifestación de apoyo que el mismo Toledo llevó a cabo en apoyo a los familiares de las 43 víctimas de Ayotzinapa.
LEG