Dice el presidente Andrés Manuel López Obrador que no se mete en la decisiones de Morena, su partido, pero bastó que criticara el empeño de Mario Delgado, Dolores Padierna y compañía para que dejaran su pretensión de adueñarse de la presidencia de la Cámara de Diputados.

López Obrador reconoció, en corto, a un grupo de funcionarios, que el escándalo generado en San Lázaro por la pretensión de Morena de negar la presidencia al PAN, como correspondía por ley, “nos está perjudicando mucho’’.

La declaración del Presidente ocurrió después de la dimisión de Porfirio Muñoz Ledo, que marcó el principio de una solución.

Luego del regaño mañanero, Delgado y compañía salieron a decir que pues siempre no, que ya no querían la presidencia, que se la dejaban al PAN, pero que la iniciativa que presentaron el martes se votaría –así fue- con tres adendas.

La primera es que no se aplica para esta Legislatura, sino para la siguiente; la segunda es que se suma una tercera cuarta bancada al reparto del tiempo de la presidencia y la tercera, y quizá más importante, que el Jurídico de la Cámara de Diputados ya no responderá al presidente de la Mesa, sino al “Colegio’’, es decir, al órgano que se crea cuando se reúnen la presidencia y la Junta de Coordinación Política.

Lo más curioso del tema es que Delgado insistió en que su bancada “nunca’’ quiso violentar la ley ni “agandallarse’’ la presidencia que le correspondía al PAN.

Si los diputados federales entendieron el mensaje de López Obrador, deberá esperarse que los diputados de Baja California también entiendan que modificar la ley para extender el mandato de Jaime Bonilla es una aberración jurídica que ya les está costando bastante.

Ahora que la mayoría de Morena en varios Congresos estatales, como el de Quintana Roo, andan como chivos en cristalería, no sobre el jalón de orejas de López Obrador para restaurar el orden institucional que desdeñan sus alfiles.

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Una segunda planilla propuesta por el PAN, encabezada por la diputada Laura Rojas, fue rechazada en el pleno de San Lázaro.

Dos fueron los motivos por los que Morena votó en contra, a pesar de que reconoció el derecho del PAN a presidir la Mesa Directiva:

La inclusión como vicepresidente de Ricardo Villarreal García, hermano del ex diputado a quien se atribuyen la creación de los “moches’’, y el hecho de que Rojas es panista recalcitrante.

Y como Morena quiere –o quería- a un diputado “más institucional’’, pedían que el presidente fuera Marco Antonio Adame, cuando él ni siquiera se inscribió para contender por el puesto en la interna del PAN.

¿A poco sí le cumplirán su capricho?

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Alguien o algunos están muy interesados en dinamitar la relación entre el presidente López Obrador y el empresario Ricardo Salinas Pliego, CEO de Grupo Salinas.

A pesar que la participación de Banco Azteca, propiedad del Grupo, en la venta de Fertinal ha sido jurídicamente aclarada, el tema es revivido cíclicamente cuando las responsabilidades de todos los entes que participaron en la operación han quedado claras.

Banco Azteca prestó 400 millones de dólares para la reactivación de la planta.

En 2015, Pemex Fertilizantes solicitó financiamiento a Nacional Financiera y el Banco Nacional de Comercio Exterior, las cuales solicitaron la inclusión de Banco Azteca para formar un Sindicato de Bancos, y así comprar Grupo Fertinal.

Por sí mismas, las tres instituciones avalaron el crédito sindicado que se mantiene vigente. Como agente fiduciario de Fertinal, Banco Azteca vendió las acciones que sostenía en garantía a Pemex Fertilizantes, a cambio de liquidar el crédito que Grupo Fertinal había contratado con Banco Azteca.