La revocación de mandato es un tema que sigue dando toques eléctricos a la oposición.

Por más que Morena diga que se trata de una ley para que el pueblo ejerza su derecho a evaluar a las autoridades, ni PAN, PRI, PRD y MC creen que sea la verdad absoluta.

Hay un dato:

La primera propuesta para la consulta de revocación fue el 21 de marzo, fecha del natalicio de Benito Juárez; cuando se rechazó entonces quisieron llevarla a las boletas de las elecciones de 2021, pero la oposición también la vetó.

Entonces ahora se propone que sea el 20 de noviembre, aniversario del inicio de la Revolución Mexicana, fecha que también será rechazada.

El porqué parece pueril, pero no lo es.

Por alguna razón, López Obrador está empeñado en empatar su consulta con alguna fecha histórica para el país (nada más le ha faltado proponer el 24 de diciembre).

Y esa extraña pretensión es la que no gusta, entre otros aspectos, a la oposición que sigue viendo en el ejercicio una intención para justificar su eventual elección.

¿A poco sí?

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Si no ocurre una negociación de último momento, la fracción de Morena en la Cámara de Diputados y sus rémoras modificarán la reglamentación interna para quedarse los tres años con la presidencia de la Mesa Directiva.

La iniciativa será presentada por Pablo Gómez, aunque en Morena reconocen que la autora intelectual es Dolores Padierna.

Con esta modificación legal ya no habría ni pactos de caballeros ni otras interpretaciones a la ley; el partido que tenga la mayoría simplemente se agandalla la Mesa Directiva.

Dicen en Morena que esa modificación es necesaria para evitar definitivamente que el PAN asuma la presidencia.

¿Por qué el temor? Pues porque el PAN ha presentado, en el último año legislativo, 17 impugnaciones en contra de las decisiones de la Cámara, entre ellas en contra del Plan Nacional de Desarrollo, y Morena cree que con el Jurídico de San Lázaro a sus órdenes cualquiera de esas impugnaciones –o todas- les pueden resultar desfavorables.

A ver qué tiene que decir hoy Acción Nacional.

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Por cierto, hablando de fracciones y traiciones, la semana pasada corrió la versión de que el coordinador de los diputados del PRI, el guerrerense René Juárez Cisneros, había presentado su renuncia al cargo.

Horas después la especie se desmintió.

Pero, efectivamente, Juárez sí presentó su renuncia.

La nota es que no es la primera vez

Cuentan en la bancada que es la ¡sexta vez! en el año legislativo que el guerrerense dice que se va, sobre todo cuando le comienzan a pedir explicaciones sobre los recursos de la bancada.

La “renuncia’’ del viernes pasado tomó a la bancada seis horas de discusión y hasta la intervención del presidente Alejandro Moreno.

Y todo se desató a partir de que le preguntaron a Juárez Cisneros si tenía como asesor –o es en la nómina- a José Encarnación Alfaro, que jugó la secretaría general del PRI en la fórmula de Ivonne Ortega, quien ya renunció al partido.

El guerrerense se quedó, pero trae a la fracción dividida.

Queda por ver si ahora con las nuevas directrices de Alejandro Moreno, la bancada por fin se porta como oposición y no como comparsa, como hasta ahora ha ordenado Juárez Cisneros.

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El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación le dio la razón a Ricardo Monreal en el tema de la elección de la presidenta de la Mesa en el Senado.

Al final la victoria jurídica (y moral) fue para el zacatecano.