El Atlético de Madrid debutó en el Wanda Metropolitano con un encuentro lleno de detalles, gestos y polémica. Un encuentro en el que, sin duda alguna, destacó por una mágica jugada del flamante refuerzo Joao Felix.

La nueva estrella del conjunto colchonero agarró el balón en el centro del campo y en una imperiosa mezcla de potencia, calidad y desborde, dejó a tres rivales por el camino y provocó el penalti de Bruno.

Álvaro Morata desaprovechó la ocasión, pero nadie podría borrar la maravilla de Joao Felix.

Se nota el trabajo realizado en pretemporada con la integración de los nuevos. Los laterales -Trippier y Lodi- estuvieron notables hasta que el silbante echó al brasileño. La defensa, impecable como siempre. El resto, enchufados e intensos. Lo dicho, como si nada hubiese pasado. Partido de compromiso que hubo que pelear y que incide en las buenas sensaciones que viene dejando el Atlético y en que el Getafe es un equipo muy trabajado, un quebradero de cabeza para todo rival.

Pocos minutos antes del inicio del partido, Germán Burgos, segundo entrenador colchonero, anticipó que el jugar contra el Getafe era como pelear con un espejo. Y eso es un poco lo que se vio, dos equipos muy ordenados, generosos en el esfuerzo defensivo, con pocas fisuras… Un partido que había que madurar con paciencia, con seriedad, sin permitirse errores. Un partido que acabó más ajustado de lo que debiese si no se hubieran dado las circunstancias arbitrales que se dieron durante el choque.

A los 12 minutos, una enorme contra de Morata, que demostró su potencia y velocidad para trasladar el balón, acabó en un pase al hueco entre dos rivales, que acabó con Joao Félix lanzándose al suelo para rematar, sin llegar por centímetros.

Poco después, a los 20 minutos, el Atlético tenía reculado a su rival y movía la pelota buscando un pase oblicuo que desarbolara la bien posicionada defensa getafense. El Atlético había entendido que la presencia ofensiva de os laterales era clave y Lodi y Trippier se asomaban continuamente. Y de esta forma llegó una gran ocasión. Saúl, muy interesante su labor en el pivote, daba un pase de cirujano a la espalda de Cabrera, el inglés del Atlético se colaba y cuando Morata y Joao Félix ya se relamían, Soria paraba el balón en el área contraria.

Era el anticipo del primer gol. De nuevo Trippier, notable en su estreno en el Metropolitano colocaba el balón en el corazón del área donde Morata le ganaba la acción a su marcador y marcaba de cabeza.

LEG