Foto: Reuters Estas partículas no se biodegradan y están dañando todos los rincones de la Tierra  

Los microplásticos, los cuales se encuentran en los océanos, animales y el agua que bebemos, prevalecen en la lluvia y en la nieve desde los Alpes hasta el Ártico, viajando en el aire y contaminando incluso partes del planeta que se creían libres de contaminación.

El medio ambiente adolece el desecho de millones de toneladas de plástico que se descomponen en mínimas partículas y fibras que, con menos de cinco milímetros, no se biodegradan, los conocidos microplásticos, que están dañando todos los rincones de la Tierra.

 

Especialistas del Servicio Geológico de Estados Unidos realizaron un análisis de agua de lluvia en las Montañas Rocosas, en el estado de Colorado, y encontraron micropartículas de plástico multicolor en un 90% de las muestras que recolectaron tanto de asentamientos humanos como de lugares remotos.

 

Indicaron que el descubrimiento de fibras y fragmentos multicolores fue accidental, ya que esperaban ver principalmente tierra y partículas minerales, aunque no deja de ser un hecho preocupante que demuestra que la contaminación microplástica se encuentra más allá de las áreas urbanas, “está en la lluvia, está en la nieve”.

 

Al respecto, expertos del Instituto Alfred Wegener de Alemania dieron a conocer la detección de microplásticos en la nieve del Ártico y sugirieron que se desplazan por el aire y se diseminan a través de la lluvia y la nieve.

 

Los alemanes incluso hicieron referencia al estudio del Servicio Geológico estadunidense y a otro reciente realizado en Francia, según el cual se detectaron contaminantes plásticos en deposiciones de recónditas montañas de Pirineos.

 

En una investigación, publicada en la revista científica Science Advances, los expertos muestran que las diminutas partículas de plástico están viajando a través de la atmósfera mucho más lejos.

 

El equipo, encabezado por la investigadora Melanie Bergmann, analizó muestras de nieve recogidas entre 2015 y 2017 en el hielo flotante del estrecho de Fram, que comunica Groenlandia y las islas Svalbard con el océano Ártico, así como de otras localidades como los Alpes suizos y la ciudad alemana de Bremen.

 

Los resultados fueron que todas las muestras contenían altas concentraciones de microplásticos, de 14 mil partículas por litro hasta 154 mil partículas por litro, y en sus diferentes tipos como goma de nitrilo, acrilatos y pintura, además de materiales naturales como celulosa de las plantas y pieles de animales.

 

Sin tener claridad sobre su procedencia, los expertos consideran que los microplásticos son empujados por el viento y luego transportados por medio de la atmósfera, de la cual salen a través de las precipitaciones y con la nieve.

 

 

 

jhs