Estados Unidos anunció este viernes 3 de agosto el retiro al tratado nuclear con Rusia argumentando que Rusia violó el acuerdo y a partir de ahora desarrollará nuevas armas nucleares. Un acuerdo firmado desde 1987, lo que renueva una “carrera armamentista” global. En su caso, estaría dispuesto a nuevo acuerdo nuclear que incluya también a China. Desde hace seis meses, Estados Unidos advirtió a Rusia que corrigiera sus incumplimientos sin éxito. Desde hace años, China ha estado ajeno a algún acuerdo, y viene invirtiendo en defensa. Hoy representa una amenaza estratégica a largo plazo. China ha dejado en claro que no tiene intención de alcanzar algún acuerdo nuclear.

Esta situación se suma al riesgo geopolítico que incluye a Corea del Norte e Irán, y aunque han estado contenidos y con mínima influencia en el desempeño de los mercados (únicamente con efecto temporal en el petróleo y el oro hasta el momento), la aversión al riesgo se estará incrementando.

Hemos visto a lo largo del tiempo que la forma de recomponer la falta de crecimiento económico, medido a través de recesiones o contracciones en países desarrollados, se da en algunos casos a través de guerras. Es probable que todo este proceso sea muy anticipado a un escenario mundial de contracción. Sin embargo, las cartas se empiezan a abrir.

Actualmente tenemos el problema del proteccionismo comercial, principalmente de Estados Unidos con China, aunque siguen las conversaciones con Japón y Europa. Hace unos días, Japón anunció que saca de su lista “blanca” de socios comerciales a Corea del Sur por problemas y riesgos de seguridad nacional.

El intercambio entre Estados Unidos y China, así como de Japón y Corea del Sur alcanzan los 771 mil millones de dólares y representan cerca de 8% del intercambio global de estos cuatro países, lo que sin duda está afectando el crecimiento mundial. Si lo medimos sobre la “aportación” al crecimiento mundial, estos países representan cerca de 66%.

La preocupación futura viene en la definición de “bloques”. Recientemente hemos visto reuniones entre Rusia y China que buscan aumentar su acuerdo comercial, utilizando en mayor medida sus divisas, el rublo y el yuan que representan cerca de 15% del total de sus operaciones, mientras que 85% aún se toma al dólar americano como divisa referente.

¿Qué podemos esperar de los mercados ante esta situación?

Seguirá la desaceleración de la economía mundial. Los bancos centrales deberán tener de nueva cuenta una mayor interacción en las economías. Es probable que a pesar de que la Fed mantiene optimismo sobre el desempeño de su economía en el mediano plazo, tendrá que seguir utilizando herramientas de política monetaria, y por ello es probable ver una nueva baja en la tasa de referencia al menos en lo que resta del año. El BCE lo seguirá en septiembre y Japón buscará nuevas herramientas.

Seguimos viendo riesgo en mercados de capitales y un mayor posicionamiento en instrumentos en tasas de interés. El dólar puede descansar un rato, pero su tendencia de alza seguirá en el mediano plazo.