Recientemente encontré una fotografía de mi generación de secundaria; cursada en una escuela pública de Sinaloa. Como a muchos nos ha sucedido con retratos de años atrás, sorprenden los cambios sucedidos, tanto en las personas como en los espacios.

Mi asombro frente aquella imagen fue distinto: muchos de los compañeros varones que ahí aparecían murieron asesinados. En casi todos los casos que recuerdo, homicidios que algún nivel de vinculación tuvieron con el narcotráfico.

La estadística personal no es la estadística nacional, pero algo dice de la realidad. Por eso me impacta, pero no me extraña, saber que los homicidios en México aumentaron más del 80% en los últimos diez años. Los números son durísimos, pasamos de 19 mil 800 en 2009 a casi 36 mil en el 2018. Y no estamos considerando el espeluznante y desconocido mundo de los desaparecidos que aún aguardan justicia en alguna fosa.

En nuestro país hubo un impactante incremento de la tasa de homicidios a partir del 2007. Fue una época en la que mis padres utilizaban cualquier pretexto para que sus hijos no regresáramos en las vacaciones, otras veces tan esperadas visitas. El miedo no andaba en burro, varias familias de mi pueblo se redujeron a hijas y viudas.

La gráfica muestra un descenso de homicidios en el 2011, y nuevamente un crecimiento a partir de 2014, momento desde el que no ha dejado de ampliarse el número de asesinatos ─hasta llegar a cifras récord en el 2018 con 29 homicidios por cada 100 mil habitantes a nivel nacional. Dicho en términos absolutos, durante el 2018 en México se reportaron 35 mil 964 homicidios, el dato más alto desde que el INEGI tiene registro.

En el sexenio de Enrique Peña Nieto se registraron 156 mil 437 homicidios, 34 mil 824 más que en la administración anterior que fue la de Felipe Calderón.

El mismo Instituto de Estadística nos dice que dos de cada tres homicidios se ejecutaron con armas de fuego. Las siguientes dos formas principales como se ultimó fueron la agresión con algún objeto cortante y el ahorcamiento, estrangulamiento y sofocación.

Si consideramos las tasas de homicidios por Estado, nos damos cuenta que las principales posiciones en este tenebroso ranking lo tienen Colima, Baja California, Chihuahua, Guerrero y Guanajuato. En cuanto a números absolutos, Guanajuato lideró la lista: ahí hubo 3,493 homicidios, seguido del Estado de México (3,135), Chihuahua (2,957), Jalisco (2,919) y Baja California (2,910).

Abatir la inseguridad ha sido una de las principales promesas del nuevo gobierno. Fue también el motivo central para crear la Guardia Nacional. El mismo Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, estimó que a mitad del sexenio ya advertiremos una notable reducción de la incidencia delictiva en el país. Ojalá. La pacificación es urgente.

Así como en la elección anterior el electorado fue tan sensible a los casos de corrupción, pienso en la siguiente oportunidad electoral, la inseguridad será tema determinante. Son muchos años de inseguridad, miedo y recuerdos tristes.

Maestro en Comunicación Institucional. Director de los Posgrados en Comunicación de la Universidad Panamericana.