Primer Nivel

Una mujer que no se deja romper por una batalla perdida, cuando su objetivo es ganar la guerra… o de plano la suerte la acompaña cuando se trata de vencer los obstáculos que le presenta la vida.

Sufrió la ruptura de dos matrimonios, pero la vida la recompensó al reencontrarla con un viejo amor en el 2006, su actual pareja, el empresario Xavier Giocanti.

Aún utiliza el nombre de su primer matrimonio, con Wilfrid Lagarde, con quien tiene dos hijos.

Salió bien librada tras ser declarada culpable -en 2016- por negligencia en un caso de 2008, cuando era ministra de Economía gala (fue la primera mujer a cargo de la política económica en Francia).

No sólo no pisó la cárcel, ya estaba previsto que continuara por cinco años más en su cargo, al frente del Fondo Monetario Internacional (FMI): es Christine Lagarde.

La ex campeona de nado sincronizado también usa movimientos delicados y con gracia para su vida laboral, el pasado 2 de julio presentó su renucia al cargo de directora gerente del FMI que liderea desde 2011.

La razón: fue nominada a ocupar el puesto de presidenta del Banco Central Europeo; quizás, si fuera una rutina en el agua, en este punto se elevara hacia la superficie.

Acostumbrada a abrir la agenda, nació el 1 de enero de 1956 en París, hija de profesores en humanidades, y creció en Le Havre, una ciudad portuaria del norte de Francia.

A los 17 años obtuvo una beca para cursar un año en el prestigioso colegio de niñas Holton Arms, a las afueras de Washington, regresó a Francia e ingresó a la Facultad de Derecho en la Universidad de París X Nanterre, y cursó una maestría en el Instituto de Ciencias Políticas de Aix-en-Provence.

Algo constante en su experiencia, y que pocas personas pueden presumir: encabezar altos cargos nunca ocupados por mujeres, como en el despacho Baker & McKenzie, donde fue presidenta del Comité Ejecutivo Mundial.

Se aproxima a la presidencia del Banco Central Europeo quien ha encabezado al menos seis altos cargos nacionales e internacionales, a quien las reseñas periodísticas describen como elegante, sofisticada, inteligente, respetuosa e íntegra.