Los primeros presidentes de Morena imprimieron su estilo en el Congreso; tanto Porfirio Muñoz Ledo, en la Cámara de Diputados, como Martí Batres con los senadores, lograron fijar el ritmo de los trabajos legislativos; unas veces con pausas, y en otras ocasiones al paso del galope mayoritario.

En San Lázaro, Muñoz Ledo inició su periodo como presidente de la Mesa Directiva con la calma de la experiencia que décadas de actividad política le ha dejado; como en carrera equina, arrancó a paso con ritmo y cerró con la fuerza necesaria para ubicarse en un lugar destacado de las recientes noticias nacionales y en el ánimo de los ciudadanos.

Muñoz Ledo se ubicó como la oposición crítica y puntual al interior del partido en el poder. Ante el silencio o las tímidas denuncias de las bancadas opositoras, el presidente del Congreso se convirtió en el único contrapeso para el Ejecutivo.

En el otro lado, el de Insurgentes y Reforma, Martí Batres inició con el ánimo y las metas del político lozano y moderno de altas aspiraciones; en poco tiempo logró dominar los procesos y reglamentos legislativos, y en un recinto en que Morena no es mayoría absoluta, alcanzó algunos acuerdos, y no menos desencuentros.

La Cámara de Senadores fue, durante el periodo que está por culminar, el recinto donde la oposición obtuvo algunos pírricos triunfos, como regresar los cambios en materia educativa, para su revisión a los diputados, o frenar la Ley de Remuneraciones, a través de una inconformidad ante la Suprema Corte de Justicia.

Para Martí Batres el camino fue cuesta arriba, ya sea por el apremio de dominar las artes legislativas o de sortear a una oposición más nutrida y articulada. Sin embargo, los resultados de su desempeño se verán en agosto, cuando se elija a los próximos presidentes de las Mesas Directivas.

Batres Guadarrama ha expresado su deseo de reelegirse ante la velada desaprobación del coordinador de la bancada, Ricardo Monreal, que en público evita el tema, pero en privado ha asegurado que su voto estará definido por un cambio que abone en las medidas para fortalecer la equidad de género, es decir, será para una mujer.

Hasta el momento, los nombres que se escuchan son Mónica Fernández Balboa, que ha demostrado aptitudes en el manejo de las sesiones durante las ausencias de Batres, y también el de la quintanarroense Marybel Villegas o en una de las más experimentadas en los temas de equidad de género, Malú Micher.

Pero el destino legislativo de Batres Guadarrama se emparejó con el del ciclo escolar, y sus deseos se determinarán como examen de fin de cursos: en los últimos días, durante el periodo extraordinario.

Para el presidente López Obrador, la discusión y votación de la revocación de mandato son prioritarias, así lo ha designado en numerosas ocasiones durante las conferencias mañaneras; también entre los pendientes están la Ley de Extinción de Dominio, que ha generado polémica en el seno de las comisiones, pero la pregunta es si Batres logrará sacar adelante los pendientes y alcanzar la simpatía de sus correligionarios para mantenerse o si sus propios compañeros tomarán la decisión de cambiar de riendas.