En el segundo periodo extraordinario de sesiones en el Senado de la República, hubo algunos asuntos que se han pospuesto para seguirlos discutiendo, entre los que destacan la ley de extinción de dominio —la cual ha señalado el Presidente de la Jucopo, Ricardo Monreal como fundamental pegarle a delincuencia organizada— y la revocación de mandato.

Este último tema es importante, ya que uno de los temores de los partidos de oposición es que aparezca el presidente López Obrador en la boleta, por lo que no quieren que coincida con la elección federal intermedia.

Mucho se ha escrito sobre la fuerza que le dio el presidente a su partido en las elecciones de hace un año. Incluso ganó la presidencia municipal de Morelos sin tener candidato. Pero debe de considerarse que el ejercicio de gobierno desgasta y la popularidad que hoy tiene el presidente no será la misma en 2 años, lo que puede afectar a sus candidatos. Para que Morena se constituya como un partido dominante debe transitar hacia la institucionalización, tener fuerza propia y no depender del presidente, ya que no va a aparecer siempre en la boleta electoral.

Además, el partido debe postular buenos candidatos, que realicen propuestas viables y atractivas para la ciudadanía y contar una fuerte estructura partidista. Esto último es una de sus grandes debilidades. Recordemos que a pesar de la votación copiosa que recibió el partido en 2018, no
provino de su estructura, que sólo alcanzaba poco más de 300 mil afiliados, mientras que por el presidente votaron más de 30 millones de personas.

Aunque de nada servirá que se postulen buenos candidatos y que realicen buenas campañas si no hay un partido sólido detrás que ellos o se les deje solos. Esto sucedió en las pasadas elecciones del dos de junio, donde el partido presentó buenos candidatos y muy competitivos, pero los dejaron
solos, pensando que la marea morenista seguía vigente y que no necesitarían ayuda para ganar.

 

La defensa que realice en el futuro el partido de sus candidatos será importante para eliminar las prácticas que se presentaron en las pasadas elecciones y que creíamos desterradas de la democracia, como la compra de votos, la cooptación de estructuras y el dispendio de recursos. Estas situaciones se magnifican cuando hay un cargo de reelección de por medio, ya que se busca conservar el poder a toda costa. Si se quiere que el proyecto de la 4T continúe en el futuro, el partido debe de transitar del lopezobradorismo al morenismo, para no depender de la figura del presidente.

 

También debe de aglutinar liderazgos locales, incorporar las demandas de la sociedad, fomentar el piso parejo en los lugares donde gobierne y lo más importante, evitar los conflictos al interior del partido.

De cara a la renovación en la dirigencia, queda por verse quién puede garantizar la unión y estabilidad tan deseada en el morenismo. Por lo pronto ya se perfilan los aspirantes. Yeidckol Polevnsky, quién busca la reelección; Bertha Luján, excontralora del Distrito Federal con AMLO y Mario Delgado, hombre de confianza del presidente y cercano a Marcelo Ebrard, que ha generado acuerdos en la Cámara de Diputados y consensos entre grupos antagónicos. Seguiremos analizando a detalle la sucesión.