La Riviera Maya, en especial Cancún, enfrenta una triple problemática que, de no atenderse de forma rápida y sin estridencias, podría afectar seriamente al destino turístico mexicano con mayor reputación global. La criminalidad, la falta de promoción y el sargazo han empañado la imagen de esta importante fuente de ingresos para el país.
De acuerdo con la agencia española EFE, que recoge datos de la Asociación de Hoteles de la Riviera Maya, en los primeros cinco meses de este año, estos tres fenómenos han provocado una reducción de 6% en la ocupación de dicha región. Nadie podría negar que este desarrollo turístico atraviesa por momentos críticos. Si bien en términos porcentuales la cifra podría parecer menor, ésta representa una merma de al menos 12 millones de dólares, de acuerdo al despacho de este medio internacional.
Con su visita a Quintana Roo, el presidente López Obrador relanzó el debate acerca del combate al sargazo, un alga que, de manera recurrente, afecta de manera directa las paradisiacas playas del Caribe, las hace inaccesibles y genera una mala imagen para ese destino.
Fiel a su estilo, el Presidente aseguró que será el Estado, a través de la Secretaría de Marina, el que se encargue de combatir la llegada de esta alga a playas mexicanas. Una difícil apuesta la que ha hecho el primer mandatario al responsabilizar a su propio Gobierno de hacer frente a este fenómeno. El sargazo se nutre de diversos contaminantes que lo hacen desarrollarse de manera rápida y, en muchas ocasiones, sin control. Se cree que en el caso del que arriba a nuestras costas, tiene que ver con derrames de petróleo en aguas profundas o al aumento de la temperatura de los mares.
Estimaciones de la Red de Monitoreo de Sargazo de Cancún indican que en 2018 llegaron a esas costas cerca de 168 mil toneladas de alga. Sus propios pronósticos, previos al anuncio presidencial de combatir el fenómeno con nuevas herramientas, apuntan a que este año la cifra podría oscilar entre 500 mil y un millón de toneladas.
Falta de promoción internacional e inseguridad se suman a los factores que ponen en riesgo este destino. De acuerdo a los resultados para el primer trimestre de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana, elaborada por el INEGI, en Cancún, 93.3% de la población se siente insegura en esa ciudad, uno de los porcentajes más elevados del país, superior a Reynosa, Tamaulipas, o a Acapulco, Guerrero.
De cara a esta coyuntura, de nada sirve la estridencia. Sólo un frente común entre municipios, iniciativa privada, Gobierno del Estado y Federación servirá para mantener a esta zona como la joya de nuestros destinos turísticos. El reto no es fácil, pero la región ha sabido salir adelante en circunstancias más adversas. Mientras tanto, los de enfrente, Cuba y República Dominicana, se frotan las manos al ver lo que aquí sucede.
Segundo tercio. Con la desaparición del CPTM, la Unión de Secretarios de Turismo, que aglutina a los titulares de las dependencias de este sector, ve muy difícil la asistencia a las ferias internacionales que se celebrarán en diversos puntos del mundo. Un duro golpe para la promoción del país.
Tercer tercio. Basta con revisar los consejos que dan otros países a sus connacionales cuando viajan a México para hacer un inventario de nuestros retos en la materia.
LEG