Al Plan Nacional de Desarrollo (PND) le falta detallar cómo y con qué recursos logrará alcanzar las metas que plantea para el país durante el sexenio, coincidieron especialistas en Administración Pública y Derecho.

El maestro en Derecho por la UNAM y catedrático de la UVM, Roberto Rosales, consideró que el plan presentado es más dogmático que pragmático, y en algunos aspectos son más buenos deseos que objetivos realizables.

“Creo que está bien el combate a la corrupción, pero me parece que si logra mucho, habrá acabado con ella en 50% y no erradicarla como dice que lo hará. Un sexenio es muy poco tiempo, y tampoco queremos un Presidente para siempre”, dijo.

Los programas de desarrollo, abundó, al final son simplemente trazos de lo que pretenden hacer los Gobiernos para cambiar la realidad.

“Tiene algunos buenos deseos, quizá la mayoría, y otros que serán difíciles de lograr porque no dicen cómo, con que medios económicos se pueden lograr o con qué recursos.

“Queda claro que el combate a la corrupción dará ahorros, y es un Gobierno austero, eso hay que reconocerlo, pero quien sabe si alcance con esos recursos para lograr todo lo que se propone”, expresó Rosales.

Manifestó que seguramente los programas sociales podrá concretarlos, pues al final también son capital político.

“Si acatamos lo que establecen los artículos 25 y 26 de la Constitución sobre el PND, faltaría agregar unos puntos en cuanto a la ordenación racional sistemática de acciones con base en el ejercicio de las atribuciones del ejecutivo en materia de regulación y promoción de la actividad económica, eso se pasó por alto y se fue más al discurso que siempre ha traído el Presidente”, señaló

Por su parte, Javier López, doctor en Administración Pública y profesor de la Facultad de Derecho de La Salle, mencionó que al PND le falta detallar cómo logrará sus metas y con qué recursos lo hará.

No sé ve, puntualizó, dónde está el desarrollo industrial, o agrario, ni los beneficios sociales, no de subsidios, sino de beneficios reales a la sociedad a través de mejores salarios, y con indicadores que visualicen una mejora para el país.

Tampoco se aborda el tema de las exportaciones, la prioridad que significa el campo, o la educación, ni la política de desarrollo industrial.

“Se habla de desigualdad, equidad de género, que son importantes, pero queda mucho a deber porque son las políticas a seguir en el sexenio.

“Cómo vamos a desarrollarnos si no tenemos educación, cómo vamos a producir maíz si no tenemos apoyos al campo”, expuso López.

De no tener modificaciones sustanciales el plan, dijo, se corre el riesgo de que la economía registre un estancamiento; “tengo fe que en breve alguien pueda convencer al Presidente, que esa política económica del paternalismo no funciona”.

 

LEG