Estimados lectores, ¿han entrado alguna vez al búnker de la Procuraduría de Justicia de la Ciudad de México? Este inmueble es una metáfora exacta de la justicia en la capital del país.

Sus laberínticas oficinas no dejan ninguna duda de que en ese lugar uno no va a encontrar justicia, sino a perderse, a escuchar peticiones como “confíe en nosotros” al entregar infinidad de documentos, a ser revictimizado con tratos indignos, a ver caras de funcionarios que no han investigado. En medio de este ambiente nació esta semana la Fiscalía contra el Feminicidio.

De acuerdo al gobierno capitalino, el objetivo es combatir frontalmente la violencia de género y fortalecer los derechos de mujeres y niñas de la Ciudad de México. ¿Se podrá con las condiciones actuales de las leyes mexicanas?

Les voy a dar un ejemplo: actualmente la ley no impide que una madre de familia ayude a su hijo a evadir la justicia si es que éste es sospechoso o probable responsable de un feminicidio. Específicamente ascendientes y descendientes consanguíneos no incurren en ningún delito.

¿Pruebas de lo anterior? No hay datos, porque, para variar, las autoridades no se han ocupado de generar una estadística que nos diga, por ejemplo, ¿dónde y en qué circunstancias son aprehendidos los feminicidas? En la casa de quién de sus familiares y quién los ayudó a ocultarse. Pero si los tuviéramos a la mano, sabríamos que sus familiares los han ayudado a evadir la justicia.

Bueno, las autoridades no cuentan siquiera con una base de datos de los pequeños huérfanos del feminicidio ni lo que pasa con ellos tras la pérdida de sus madres. El Estado no sigue la pista de estos niños a quienes les han mutilado la vida.

Hace poco platiqué con algunos policías de Investigación que me narraron varios casos similares; la constante es que las madres, los padres o la pareja sentimental –si es que ésta no fue la víctima– de estos presuntos delincuentes no creen que sus hijos pudieron cometer semejantes actos y los ayudan a esconderse.

Lo anterior ha hecho que para encontrar a un feminicida la Policía se lleve años, y hasta décadas para encontrarlos porque si los parientes cercanos de estos asesinos además son influyentes o los asesoran para esconderse, la cosa empeora.

El tema es polémico, claro, porque estamos pisando el terreno de los derechos humanos, pero mientras no le entremos de lleno algo sí es seguro, más mujeres serán brutalmente asesinadas.

¿Dónde están los feminicidas? Tal vez deberíamos voltear a ver la posibilidad de hacer cambios de fondo a la ley para coartarles los espacios de movilidad a los probables responsables de asesinatos de niñas y mujeres que cobran nueve víctimas en promedio cada día.

Por lo anterior, celebro que se cree una fiscalía especializada en la Ciudad de México, por algo de empieza, pero no me deja tranquilo que sin cambios de fondo tal vez esta nueva instancia será acomodada entre los laberínticos pasillos del búnker de la procuraduría capitalina y formará parte de esa plasta gris, triste y sombría que es la justicia en México.

En el baúl: hace una semana concluyó la huelga en la UAM. El sindicato aceptó la propuesta inicial de 3.35% de aumento. Hasta ahí uno diría ¿pues para qué tantos días de huelga si acabarían aceptando el incremento inicial? El chanchullo está en las plazas; la UAM se comprometió con el SITUAM a crear 90 plazas de base en distintas adscripciones universitarias. Fueron 90 plazas ganadas en 93 días de huelga, o sea, de a una por día… Ahí se las dejo.

¡¡¡Regresarééé!!!