Este sábado 4 de mayo, en la Basílica de Guadalupe se llevó a cabo la ceremonia de beatificación fue presidida cerca del mediodía por el Cardenal Angelo Becciu, Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, y participaron más de 80 obispos.
Previo al inicio de la Misa se realizó el rito de beatificación en la que se leyó la carta apostólica enviada por el Papa Francisco. Posteriormente, entre los aplausos de miles de fieles al interior de la Basílica, una reliquia de la beata (una venda con su sangre) fue llevada en procesión hacia el altar por su nieta, la Hermana Consuelo Armida, y Jorge Guillermo Treviño, la persona que recibió el milagro por su intercesión.
En su homilía, el Cardenal Becciu recordó a Concepción Cabrera como “una figura maravillosa en sus diferentes aspectos de esposa, madre, viuda, inspiradora de Institutos religiosos y de iniciativas apostólicas”.
“La belleza y la fuerza de su testimonio consiste en haber escogido, desde la adolescencia, consagrarse al Amor absoluto: Dios. Elegir a Dios como Amor absoluto significa abrazar su voluntad, que a Conchita se manifestó de manera inmediata y clara: ¡serás esposa y madre!”, dijo.
El Cardenal Becciu destacó: “La beata María Concepción Cabrera, caso único en la historia de las fundaciones religiosas, inspiró y promovió cinco Institutos, denominados las ‘Obras de la Cruz’: dos congregaciones religiosas y tres obras apostólicas, sin asumir ni el papel de fundadora ni, mucho menos, la carga y los poderes de superiora general”.
fahl