Cuando el líder opositor Leopoldo López ingresó en la residencia del embajador español Jesús Silva, en Caracas, España adquirió un papel que podría ser vital en la situación de Venezuela. El embajador español llamó rápidamente al Palacio de la Moncloa.

-Presidente, Leopoldo López está con su mujer y con su hija en la Residencia.

El Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, enmudeció.

Pasare lo que pasare en Venezuela, el Gobierno español tenía que proteger a aquella familia que se había convertido en una de las más conocidas a nivel mundial. Si algo les pasare, España sería la responsable ulterior. Por eso había que brindar la máxima seguridad a la familia de Leopoldo López.

Su padre, Leopoldo López Gil, viajó a Estados Unidos con el fin de pedir protección para su hijo y su familia a las autoridades estadounidenses.

Don Leopoldo, un hombre sensible y cabal, parece que se le hubieran echado los años encima por tanto sufrimiento acumulado. Trabaja desde Estados Unidos para esa protección y también para impulsar el camino hacia la libertad de ese país.

Son momentos decisivos en Venezuela. Parece que no hay vuelta atrás, aunque sigue fuerte el sátrapa Nicolás Maduro. Continúa incólume en el Palacio de Miraflores, en Caracas.

Es verdad que la última prueba de fuego ha sido la más real. Desde que el joven Juan Guaidó sacó a la familia de su arresto domiciliario, la situación en Venezuela se ha desencadenado hacia el abismo. Los choques en las calles ya son permanentes, y esta huida hacia delante de Maduro y este camino de no retorno de Guaidó se juegan mucho. Tanto que puede terminar en un estallido social, incluso ir a más, rumbo a un conflicto bélico.

Por eso no se comprende qué esperan las potencias internacionales para pronunciarse y, sobre todo, para actuar.

Por mucho menos los soldados estadounidenses invadieron Panamá en los ochenta, arrestaron al entonces Presidente, el dictador Manuel Antonio Noriega, y se lo llevaron a Estados Unidos.

Aquí seguimos esperando y esperando. Nadie está haciendo nada, mientras nuestros hermanos venezolanos siguen desangrándose. A ver si esta vez es la definitiva.