Niños indígenas de diferentes estados, principalmente Hidalgo y Querétaro, son trasladados a la Ciudad de México para hacer malabarismos, piruetas o simplemente mendigar entre los automovilistas, cuando deberían estar en la escuela, acusaron Brenda Raya y Jorge Rojas, integrantes del grupo Colectivo de la Calle.

Explicaron que quienes deberían intervenir e investigar esta situación son la Agencia del Ministerio Público 59, especializada en la atención del menor, el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), local y federal, así como organizaciones civiles, pues en la capital es notorio el trabajo infantil forzado, particularmente de niños indígenas.

Aseguraron que, en la calle Madero, del Centro Histórico, un grupo de tres niños guitarristas, de entre siete y 11 años de edad llama mucho la atención y recibe bastantes  monedas en su canasto. Según el Colectivo de la Calle, un músico en Madero saca unos mil 200 pesos al día, por lo que, señalaron, los menores deben ganar, cuando menos, el doble.

Los activistas acusaron que en las familias más pobres, los niños terminan como pilar de la economía, pues aunque la madre y el padre trabajen, los mejores ingresos son proporcionados por los hijos, quienes corren el riesgo de ser víctimas de trata de personas.

Los denunciantes, cuyo objetivo es proteger y reivindicar los derechos de personas en estado de vulnerabilidad, también señalaron que en el Metro Bellas Artes se reúne un grupo de mujeres mazahuas, quienes ponen a sus hijos a pedir limosna en los vagones del Sistema de Transporte Colectivo (STC).

Agregaron en la Avenida de los Insurgentes también hay comunidades indígenas muy grandes de mazahuas, hñahñus y triquis, que al llegar de sus zonas de origen ocuparon los edificios abandonados después del terremoto de 1985; desde entonces vivían ahí, pero luego de los sismos de septiembre de 2017 tuvieron que abandonarlos.

Aseguraron que, actualmente, más de 100 niños indígenas viven a la intemperie entre las calles de Milán, Liverpool y Roma, sin recibir apoyo de las autoridades.

En Marina Nacional, en varios puntos, se concentra otro grupo de niños con trajes típicos chiapanecos, muy probablemente son tzeltales, que montan un espectáculo con máscaras de políticos, en el que el expresidente Carlos Salinas de Gortari es el actor principal.

Por otra parte, con más de 10 años de experiencia en apoyo a menores de la calle, los denunciantes explicaron que un caso diferente es el de los niños que trabajan en los mercados, principalmente en comedores, donde ayudan en el negocio familiar sin sueldo, pero sí van a la escuela y son apoyados por sus madres, muchas de ellas solteras.

 

LEG