Los transportistas y empresas exportadoras de productos no sólo han padecido en las últimas semanas el retraso por el tiempo de cruce fronterizo, sino que también les afectan los niveles de inseguridad que acechan las carreteras, y que les generan pérdidas por casi 17 millones de pesos, según datos de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar).
Un dispositivo llamado Jammers, que es un inhibidor de señal GPS en carreteras, es adquirido por delincuentes por precios accesibles, de hasta mil pesos o menos, para poder atracar a los transportistas y así robarles mercancía.
A pesar de los esfuerzos de los líderes de la industria del transporte por acabar con la inseguridad en las carreteras y cruces fronterizos, hoy los Jammers son una amenaza que está provocando riesgos para las compañías nacionales y transnacionales que buscan enviar sus productos a otros países como Estados Unidos.
En entrevista con 24 HORAS, Juan Carlos Muñoz Márquez, diputado federal de Guanajuato y miembro de la Comisión de Comunicaciones y Transportes del Congreso de la Unión, adelantó que será en mayo cuando se anuncie una iniciativa sobre la prohibición del Jammer o al menos su regulación, para evitar más daños a la industria.
El diputado alertó que este tipo de dispositivos pueden ser adquiridos por delincuentes de manera sencilla, incluso por internet, y que cuestan menos de mil pesos en algunos casos. Por lo que urgió a las autoridades tomar en cuenta el caso para que la iniciativa sea exitosa.
En otro tema, refirió que la amenaza del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre el cierre de la frontera, si bien ha causado caos vial en el cruce fronterizo con ese país, ya la situación se ha ido agilizando, y por lo tanto las empresas ya están disminuyendo las pérdidas que ascienden a 170 millones de dólares.
“Entendemos que el Gobierno de EU debe proteger que los migrantes no lleguen con mucha facilidad a su territorio, de ahi nace la presión. Hasta ahorita ya se ha agilizado bastante, sobre todo afectados en productos perecederos. Se les empezó a dar preferencias, había vehículos que tardaban hasta 72 horas, y esto generaba pérdidas de las empresas transportadoras sino a los mismos transportistas”, dijo.
LEG