Foto: Reuters "La ayuda está llegando, pero muy lentamente", dijo Esther Zinge, un mujer de 60 años de la cercana ciudad de Buzi  

BEIRA. Cientos de miles de personas luchaban el viernes por conseguir albergue, comida y agua en el sur de África tras el paso de un ciclón que dejó cientos de muertos, poniendo a prueba los esfuerzos de socorro para los sobrevivientes que enfrentan un riesgo creciente de contraer cólera.

El ciclón Idai azotó la semana pasada a Beira, una ciudad portuaria de Mozambique de 500.000 habitantes, con fuertes vientos y lluvias torrenciales, antes de trasladarse tierra adentro hacia el vecino Zimbabue, donde arrasó casas e inundó comunidades, y a Malaui.

Idai dejó 242 muertos en Mozambique y otros 259 en Zimbabue. Se espera que la cifra de víctimas aumente, según las agencias de ayuda. En Malaui, 56 personas murieron por fuertes lluvias antes del paso del ciclón.

Mientras los sobrevivientes se reunían en campamentos informales y funcionarios de salud advertían sobre el peligro creciente de contraer sarampión y cólera, la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore, dijo que la situación en terreno es crítica, ya que no hay electricidad ni agua.

“Cientos de miles de niños necesitan ayuda inmediata”, dijo la funcionaria de la agencia de Naciones Unidas, que estimó que 1,7 millones de personas se han visto afectadas por la tormenta.

A unos 45 kilómetros al oeste de Beira, en el pueblo de Guara Guara, el gobierno instaló un campamento improvisado para personas que han sido rescatadas en las cercanías, pero el lugar cuenta con poca agua y no tiene baños.

“La ayuda está llegando, pero muy lentamente”, dijo Esther Zinge, un mujer de 60 años de la cercana ciudad de Buzi. “Las condiciones son terribles y más personas siguen llegando”.

En Zimbabue, algunos sobrevivientes se han refugiado en iglesias y centros que ofrecen albergue temporal mientras lidian con el trauma generado por las pérdidas. En tanto, voluntarios, agencias internacionales y el gobierno llevan la ayuda humanitaria a las áreas afectadas.

El ministro de Energía, Joram Gumbo, dijo que Zimbabue tenía 62 días de suministro de gasolina y 32 días de diésel. Ante la escasez de combustibles se han registrado largas colas en la capital y según un testigo de Reuters en la ciudad de Mutare, ubicada cerca de Mozambique, la escasez de diésel es mayor que en otras zonas.

JMSJ