La prohibición del presidente Andrés Manuel López Obrador para que ningún candidato use su nombre en Puebla y para que se lleve a cabo una elección limpia es un paso positivo, pero debería ir más allá y extenderse hacia el resto del país, pues este año habrá elecciones en seis estados.
En un inicio, el mensaje parece ir dirigido al ex senador Luis Miguel Barbosa, de quien ya se habían difundido en redes sociales y en algunos medios digitales, fotos, en donde se encuentra con Andrés Manuel dándose un fuerte abrazo.
Pero esa prohibición debe quedar clara en el resto de los procesos electorales que tendrán elecciones en junio de este año, pues, en la mayoría de esos estados, las campañas inician el 31 de marzo o en abril.
Y es que existe una inercia del uso excesivo de la imagen de López Obrador entre candidatos a alcaldes o a diputados.

En la última elección y en la penúltima votación, las fotos de AMLO estaban por todos lados. Incluso, en una misma manta o lona había dos fotos de López Obrador, una del lado de un candidato a diputado y otra junto a un aspirante a alcalde.

Si en ese momento fue una forma de darle vuelta a los gastos de campaña, porque la imagen de AMLO apareció miles de veces sin ser contada como propaganda en favor del candidato, ahora la imagen es del Presidente de la República. Y no es legal que se use la imagen o el nombre del Presidente con fines electorales.

En junio de este año se elegirán 60 presidentes municipales; cinco en Puebla, 11 en Aguascalientes, cinco en Baja California y 39 en Durango, así como dos gubernaturas -la de Puebla y Baja California- y 86 diputaciones locales, entre mayoría relativa y representación proporcional.

De ahí la importancia del mensaje del Presidente no sólo para Puebla, que es el proceso electoral que ha acaparado la atención por tratarse de una elección extraordinaria a raíz de la muerte de la gobernadora Martha Erika Alonso y su esposo Rafael Moreno Valle, con una investigación que parece no avanzar, y por la postura presidencial ante el triunfo de la fallecida panista, sino para todo el país.

Son las primeras elecciones en el obradorismo, en el que, se supone, no se utilizarán recursos oficiales para hacer campaña. Así lo dijo para Puebla, pero ojalá sea para todo el país: “Nada de compra de votos, nada de tráfico con la pobreza de la gente, nada de fraude electoral”.

#¿LoboEstásAhí?

Acusar o descalificar desde la cima del poder no sólo es un abuso, sino que tiene sus riesgos.

El rosario de descalificaciones que el Presidente lanzó contra el periódico Reforma es una forma, tal vez inconsciente, de azuzar a sus seguidores contra un medio, porque nunca falta un “quedabién” (una persona que por quedar bien con su líder, agreda o acose a ese medio o a un representante de ese medio).

El Presidente de la República no se puede bajar al callejón de las descalificaciones. Él representa a la máxima autoridad del país y debe cumplir y hacer cumplir la ley. Si hay algún problema con alguien, lo pertinente es proceder legalmente o buscar una solución política.