El agobio por la guerra de las minutas entre diputados y senadores llevó a los legisladores a debatir temas aislados. Por eso los acotamientos a la Guardia Nacional obedecen a circunstancias de la propia organización, pero sin atender al contexto de la estrategia general de seguridad del gobierno de López Obrador.

Y hay cuando menos tres temas que no se vincularon al debate de la Guardia:
1. El concepto de pacificación como elemento superior al de seguridad. La seguridad implica una respuesta del Estado al embate criminal; la pacificación involucra definiciones del Estado sobre el carácter de la delincuencia.

2. La permanencia de criterios militares en la Guardia y su funcionamiento operativo indicarían iniciativas -de alguna manera delineadas en la Estrategia Nacional de Seguridad Pública 2019-2024-; la conceptualización de la seguridad pública dentro de la categoría de seguridad interior.

3. Los acotamientos civiles, de derechos humanos y de supervisión extranjera y el anuncio del fin de la persecución contra capos estarían delineando el modelo de pax narca: que los grupos de narcos no se peleen entre sí y el Estado aflojará la persecución. Para ello se requiere de una especie de cumbre criminal para pacificar la violencia entre bandas que es la que infla el conteo de muertos.

Y lo que falta por revisar es el efecto político y social de la Guardia Nacional en las estructuras de poder, los precarios equilibrios estatales de los gobernadores y las expectativas altas de la sociedad. Si el Quinto Transitorio puso una meta de cinco años para eficacia de la Guardia, la sociedad comenzará a criticar resultados en un año. A menos que en un año avance más la pax narca y las bandas logren un acuerdo para bajar violencia, aunque sigan cometiendo delitos.

El gran enigma de la Guardia radica en las Policías estatales y municipales que ningún gobernador quiere encarar por las redes de poder narco-policías. De nueva cuenta se da un plazo a gobernadores para afinar sus Policías. Y lo hacen o la Guardia les va a cobrar por actuar en los estados.

Zona Zero

La Ley de Uso de la Fuerza que completará la Guardia se basará en cuando menos cinco reglamentos ya existentes para militares, civiles y policías. La ONU que quiere traer el canciller Marcelo Ebrard sale sobrando, y sería una supervisión supranacional.

(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.
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