Ante los malos precedentes y pésimas perspectivas, se comprometió a hacerlo mejor de lo que se ha hecho.

El cantado desgaste del Gobierno de la Ciudad México, las fisuras e irregularidades en la gestión anterior serían analizadas y corregidas.

Se decía preparada para los grandes cambios de una ciudad abandonada y con ausencia de Gobierno.

Se comprometió a cumplir y hacer cumplir la ley.

En campaña supo manejar mejor que nadie el peor de los escenarios que representaba la ciudad.

Consciente de la debilidad y de ir más allá de las palabras, presentó el perfil favorito que la llevó a gobernar la CDMX.

¿Qué está pasando?

Entre unas cosas y otras, y entre tropezones, la exigencia diaria la hizo comprender la realidad.

Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la CDMX, asegura que “la situación es aún más compleja. Por ello, aunque los resultados no serán inmediatos, ya están en marcha diversas acciones para devolver a los habitantes de esta urbe su tranquilidad. Nosotros encontramos una ciudad con unos niveles de corrupción y de violencia que aun cuando sabíamos las cosas estaban mucho peor de lo que pensábamos, claro que llegamos y no es un asunto de decir pues es un asunto del Gobierno anterior. Estamos asumiendo la responsabilidad a partir del 5 de diciembre de la gobernabilidad de la ciudad”.

No sé si lo dijo medio en broma o medio en serio; no hay sorpresas, pero sí impotencia, porque lo que ve ahora lo vivimos desde hace muchos años.
La nueva realidad es que no ha sabido, no ha querido o no ha podido.

El resultado hasta el momento no gusta, pues siguen poniendo encima de la mesa sólo propuestas y aquéllos que son responsables de los problemas continúan tan campantes en sus alcaldías.

¿En manos de quiénes estamos?

En palabras de uno de sus colaboradores: “Los hechos de violencia que enfrenta la ciudad son el reflejo de la mala administración que en materia de seguridad tuvo el Gobierno anterior”, esto dice Jesús Orta, secretario de Seguridad Ciudadana de la CDMX.

Es el secretario que hizo un compromiso consigo mismo: “Apuesto todo al proyecto de seguridad de proximidad implementado para bajar los índices de delincuencia en la Ciudad de México; de no ser así en un año, presento mi renuncia”.

¿Será la misma vara para todos?

Está siendo difícil para el nuevo Gobierno de la Ciudad de México protagonizar éxitos en este primer tramo y están marcando su futuro.

Por ahora no veo cómo vayan a acabar con los intereses personales de quienes están por encima de los intereses de la ciudad.

Hoy todos los integrantes del Gobierno de la Ciudad de México están haciendo equilibrios en la cuerda floja.

jfcastaneda9@hotmail.com