Loretta Ortiz Ahlf. Académica de la Escuela Libre de Derecho. La aspirante para el cargo de ministra de la SCJN manifestó su imparcialidad hacia el nuevo gobierno; ha sido maestra de diferentes personajes de la política

 

Es su segunda vez que está en la terna para ser ministra de la SCJN. ¿Tienen la esperanza de que ahora sí la elegirán?
– Es una decisión que va a quedar en manos de los senadores de la República, los cuales determinarán quién de las tres propuestas reúne el perfil para ocupar ese sitio en la Suprema Corte de Justicia.

¿Qué les dice a quienes cuestionan su imparcialidad debido a su acercamiento con López Obrador y Morena?

– Tengo una trayectoria profesional que marca desde los 23 años. Empecé en la Escuela Libre de Derecho dando clases sin cobrar nada, y en este año cumplo 40 años de dar clases en la misma escuela. He sido maestra de personajes de distintos colores, por así decirlo, entre ellos: Felipe Calderón, Margarita Zavala, el gobernador Juan Manuel Carreras, Cristina Fox y el mismo presidente de la Suprema Corte, Arturo Zaldívar.Me he hecho en la vida profesional. Básicamente, en la vida de la academia soy investigadora del Sistema Nacional de Investigadores; he dado conferencias en cursos internacionales; y he participado en arbitrajes internacionales para aquellos que dicen no he ejercido una acción jurisdiccional; (también) he resuelto casos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, capítulo 19.

La SCJN solamente cuenta con dos mujeres ministras. ¿Es necesario que se abran más espacios para ellas?

– Sí. No nada más porque seamos mujeres y para que exista paridad de género. El Poder Judicial de la Federación se ha visto rezagado en darles mayor espacio a ellas. Nosotras estamos igualmente capacitadas. En las facultades de Derecho, la mayoría de los estudiantes y los mejores promedios son de mujeres.

Yo estoy casada en segundas nupcias, enviudé a los 39 años y saqué adelante a mis hijos yo solita. Mi carrera la hice sola. No la hice en razón de que estuviera casada con José Agustín Pinchetti;
antes estuve con Alejandro Vázquez Pando (quien falleció en 1995).

Todo (lo hice) desde la Dirección del Departamento de Derecho; (fui) árbitro a nivel internacional; consejera de la Comisión Nacional de Derechos Humanos; y autora de nueve libros y 80 artículos. Todo lo hice yo, no mi esposo.

Hay mucha capacidad en la que deberían de participar en el Poder Judicial federal todas las abogadas. En la su Suprema Corte, con mayor razón, porque la perspectiva de género con la problemática actual tiene que verse reflejada en sus sentencias.

Es increíble que hoy, en pleno siglo XXI, las mujeres tengan que tomar cuidados especiales para andar en el metro para no ser secuestradas.

¿Qué retos enfrenta la Corte en este sexenio?

– Ésta debería tener contacto con los temas más cotidianos, con una justicia más cercana. Estoy diciendo, hablar de los temas de desaparecidos y ejecutados; éstos se deberían de abordar si se trajeran a la Suprema Corte (los asuntos) de desaparecidos, trata de niños, adolescentes, y el tráfico de órganos; que se aborden de manera sistemática, integral y coherente, (eso) ayudaría mucho. La Corte podría hacer mucho en estos casos, (y) deberá analizar toda la cuestión de Derechos Humanos en toda su amplitud.

¿Cuál va ser su aportación en caso de ser elegida?

– Mi conocimiento en Derecho internacional y en Derechos Humanos. Soy la única que conoce de eso. Nada más, para abrir boca, se está negociando otra vez el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Yo tengo un libro escrito sobre el TLCAN. Es un solo libro que salió del Tratado, jurídico; ése es de su servidora.

La aportación principal sería buscar un acceso efectivo a la justicia. En el estado en que nos encontramos, es que se garantice un debido proceso legal. Pero el derecho de acceso a la justicia es muy amplio, no es solamente el debido proceso legal que abarca las garantías de un juez competente.

¿Defenderá la autonomía del máximo tribunal de la nación?

– No aceptando injerencia alguna. Mi único marco de referencia va a ser la Constitución, (así como) todas las leyes que nos rigen, obviamente todos, los tratados internacionales y la jurisprudencia; ése va a ser mi marco de referencia, y no me voy a salir de ello. Lo que se puede aducir a favor de mi independencia, es como ha sido mi trayectoria.

Existen fricciones entre el Poder Judicial con el presidente de la República ¿será usted mediadora en este conflicto?
– No, mediadora no. (Sí) autónoma e independiente. En todo caso, el presidente de la Suprema Corte será el que tenga el diálogo; pero deberá ser respetuoso, y nosotros, los ministros, debemos guiarnos por la independencia y la autonomía del Poder Judicial.

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha propuesto la creación de un Tribunal Constitucional ¿está de acuerdo con esa propuesta?

– La creación de un Tribunal Constitucional significaría una erogación mayor. Se supone que estamos en un gobierno austero, y que no se quieren crear más instituciones, entonces, crear un Tribunal significaría nuevos ministros y más recursos. Es innecesario, (porque) realmente tal como está nuestra Constitución, la Suprema Corte se puede encargar de los temas constitucionales, (así como) de los temas de legalidad. Yo no vería como necesaria su creación. Ya lo decidirá si se presenta la iniciativa, y si se hace la reforma; ya será su decisión.

Si no es nombrada ministra ¿a qué se va a dedicar?

– Fui nombrada miembro del Sistema Nacional de Investigadores nivel tres; yo seguiría en la investigación en la (Escuela) Libre de Derecho.

FRASES:
“He sido maestra de hijos de líderes políticos muy importantes, para empezar Ana Cristina Fox, que cuando la reprobaron en una o dos materias me habló el entonces Rector de la Universidad Iberoamericana, Enrique González Torres, quien me dijo: ‘¿Quién le va a decir que la reprobaron?’. ‘Se lo voy a decir yo, sin ningún problema’, contesté”.