Foto: Daniel Perales El precio en el que se obtenía era variable y obedecía, como todo producto, a la oferta y la demanda, “si tenían mucho y les comprabas unos 50 litros o más, te lo dejaban en seis o siete pesos el litro”  

TLAHUELILPAN, HGO.- El tema que todos conocen en Tlahuelilpan, pero del que muy pocos quieren conversar a fondo es el robo de combustible, porque si bien no toda la comunidad se dedica a ello, tampoco nadie es capaz “de tirar la primera piedra”, pues la mayoría ha participado, al menos comprando producto robado.

“Aquí todos tenemos culpa, no somos un pueblo huachicolero, entiendo que en las redes (sociales) nos digan eso, pero no es así.

“Sí, casi todos compramos (combustible robado), eso es verdad, pero no es que todos nos dediquemos a eso”, relató un habitante de esta localidad, quien prefirió no ser identificado.

Amigo de uno de los fallecidos que ayer fueron enterrados en el panteón municipal, comentó que incluso es común que los delincuentes los contacten vía telefónica para ofrecerles más combustible luego de que ya compraron por primera vez.

“Cuando sabían que iba a entrar el Ejército te llamaban para decirte: ‘oye, ahorita tengo, no quieres algo, me lo pagas después’; porque querían vaciar sus bodegas para que no se les encontrara nada”, confió.

El precio en el que se obtenía era variable y obedecía, como todo producto, a la oferta y la demanda, “si tenían mucho y les comprabas unos 50 litros o más, te lo dejaban en seis o siete pesos el litro”.

Desde que el presidente López Obrador decidió combatir este delito cerrando los ductos, dijo, el huachicol comenzó a escasear.

De hecho, desde hace más de una semana se dificultó conseguir gasolina no sólo robada, sino también en las estaciones de servicio.

“En Tlahue tenemos una sola gasolinería, y las otras cercanas son de Mixquiahuala o Tlaxcoapan, que están a 10 kilómetros, y llega una pipa y rápido se acaba”, comentó.

La toma que explotó el viernes pasado, aseguró, tiene años “que la trabajan” los huachicoleros, y de todos es sabido en el municipio, incluso las autoridades locales y federales.

Si no es esa toma, continuó, son cualquier otra de las existen en la colonia Cerro de la Cruz que es por donde pasan varios ductos.

“Cuando aquí viene el Ejército y cierran alguna toma clandestina, significan que estarán resguardándola una semana, se van y luego regresan los del huachicol para trabajarla”.

Eso que dicen que se atengan a los programas sociales, continuó, no lo van a hacer quienes son contratados por las bandas de robo de combustible por la simple razón de que no obtendrían los mismos ingresos.

LEG