Foto: Captura de pantalla Sus hijos actualmente buscan liberarla ya que en 2015 se aprobó una ley  

Sally Challen una mujer de 57 años asesinó a su esposo a martillazos de 61 años por infidelidad después de una discusión, sin embargo, sus hijos buscan que salga.

Challen, anotaba en su diario cada ocasión en que le parecía sospechoso el comportamiento de su esposo, temía una infidelidad, además en una ocasión descubrió tabletas de Viagra en el bolsillo de su pareja.

 

Antes de estar detrás de las rejas, se dedicaba a ser gerente de la oficina de la Federación de Policía, en esa época descubrió que su esposo acudía con prostitutas pues tenía registrados en su teléfono los números de distintos burdeles.

 

Durante su juicio, la mujer dijo: ‘Me senté en el estacionamiento y lo vi entrar por la parte de atrás del burdel. No podía creer que él estaba allí”.

 

El hombre de 61 años negó todo, pero momentos después cuando su hijo mayor le exigió una explicación, no tuvo más que decir la verdad.

 

Se dieron otra oportunidad y volvieron a estar juntos, pero Sally sospechaba que seguía teniendo una aventura con alguna mujer, tiempo más tarde lo confrontó pues descubrió que tenía planes para ir de viaje con su amante.

 

“No me preguntes, no me hagas preguntas”. decía el hombre. Ella tomó un martillo y lo golpeó más de 20 veces en la cabeza.

 

Al día siguiente tomó su auto y recorrió varios kilómetros hasta llegar a Beachy Head en East Sussex donde pretendía suicidarse tirándose desde un acantilado. Fue arrestada cuando la policía la puso a salvo convenciéndola de no hacerlo.

 

Sus hijos actualmente buscan liberarla ya que en 2015 se aprobó una ley que afecta directamente las condenas cuando existe manipulación psicológica o represión en el hogar, esto podría beneficiar a la mujer quien pudiera obtener su libertad, después de que fuera condenada a cadena perpetua.

 

DAMG