FOTO: REUTERS Según Sotorrio, en al menos 40 años de experiencia en casos federales, nunca se había visto medidas tan extremas de seguridad  

Este martes, en la corte de Nueva York, será juzgado uno de los mayores narcotraficantes del mundo, Joaquín El Chapo Gúzman.

 

La semana pasada fueron seleccionados los 12 jurados y seis suplentes, tras intensos interrogatorios en los que por lo menos cinco fueron descalificados por ataques de pánico, temían por su vida o incluso, llegaron a pedirle autógrafos.

 

Para resguardar la seguridad de los juros, mantendrán nombre anónimos y serán escoltados cada día por hombres armados, incluso, llevan perros entrenados y aparatos antiexplosivos; miles de elementos de seguridad vigilan el tribunal de Brooklyn.

 

El Chapo es acusado de ser la cabecilla de el Cártel de Sinaloa y a su vez, convertirlo en el mayor grupo criminal en el envío de aproximadamente 155 toneladas de cocaína a Estados Unidos, durante 25 años.

 

“Este es un caso emblemático para el gobierno, no solo por los supuestos crímenes del acusado sino porque es un caso para dar el ejemplo en la guerra de Estados Unidos contra el narcotráfico internacional”, mencionó René Sotorrio, abogado de los hermanos Rivera Maradiaga, ex líderes del cártel hondureño Los Cachiros, quienes abren la posibilidad de atestiguar contra Guzmán.

 

Según Sotorrio, en al menos 40 años de experiencia en casos federales, nunca se había visto medidas tan extremas de seguridad.

 

TFA