Foto: Cuartoscuro / archivo Los autores del estudio advierten que, sin esa estrategia de respuesta, la capacidad de las bacterias para resistir a los antimicrobianos será un problema cada vez más grave  

Las infecciones generadas por la resistencia de las bacterias a los antibióticos podrían causar 2.4 millones de muertes en Europa, América del Norte y Australia durante los próximos 30 años.

Así lo revela un nuevo estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) publicado ayer, el cual precisa que este problema podría costar tres mil 500 millones de dólares anuales a las economías de los 33 países incluidos en el análisis.

A menos que se haga más para detener la resistencia a los antibióticos. Sin embargo, tres de cada cuatro muertes podrían evitarse gastando sólo dos dólares por persona, al año, en medidas tan simples como el lavado de manos y una prescripción más prudente de antibióticos, según un nuevo informe de la OCDE.

El diagnóstico de la OCDE presenta medidas para impedir que todo eso suceda con un costo muy bajo, pero que implica un cambio profundo de prácticas médicas e higiénicas.

Los autores del estudio advierten que, sin esa estrategia de respuesta, la capacidad de las bacterias para resistir a los antimicrobianos será un problema cada vez más grave, con elevadas tasas de mortalidad por esa causa.

En particular, en algunos países del sur de Europa como Italia, Grecia, Portugal y Francia, pero también en Estados Unidos.

En el conjunto de la organización, casi una de cada cinco infecciones es consecuencia de las bacterias resistentes a los antibióticos, algo que los autores del trabajo culpan a “medio siglo de prescripción excesiva de estos fármacos”.

El nivel de resistencia de ocho combinaciones de bacterias y antibióticos de alta prioridad ha pasado en la OCDE de 14% en 2005 a 17% en 2015. Y para 2030, las predicciones apuntan a tasas 70% superiores a las que se daban en 2005.

Todavía más preocupante ha sido y se augura la evolución en países de ingresos medios y bajos. En Argentina, Brasil y Colombia se ha superado 30% en 2015; en China, Rusia y Rumania, 40% y en India se ha alcanzado 57%.

Más allá del riesgo vital, esta resistencia bacteriana tiene “un impacto importante sobre la calidad de vida de las personas” que son víctimas, con dos poblaciones particularmente vulnerables, los niños de hasta 12 meses y los mayores de 70 años.

Receta de la OCDE

La mortalidad por la resistencia bacteriana podría atajarse dedicando sólo dos dólares por persona con esta estrategia:

-Mejorar la higiene en los centros sanitarios, entre otras cosas fomentando el lavado de manos.
-Promover un uso más racional de los antibióticos para “poner fin a décadas de prescripción excesiva”.
-Utilizar pruebas de diagnóstico rápido para determinar si una infección es bacteriana o viral.
-Campañas de sensibilización pública.

LEG