Las palabras de Socrates Lemus conversan con los testimonios de Silvestre Revueltas y Elena Garro, recreados en No corran, es una provocación, segunda parte de la trilogía teatral escrita por Tania Campos y dirigida por Alexandro Guerrero, la cual se presenta en el Centro Cultural Carretera, hasta el 6 de diciembre.

Como una especie de personajes mitológicos, los definió el director Alexandro Guerrero en entrevista con 24 HORAS, quien señaló fueron muy rigurosos en la investigación “y ese rigor es el que esperamos promover con personajes que no están haciendo una clase del 68, son personajes que si no sabes quiénes son, se debaten en una cuestión humana muy fuerte”.

A través de un juego de ida y vuelta, donde presentan la historia y la ponen en el teatro, es también una invitación para al final volver a las fuentes y los textos, como La violencia de Estado en México, de Carlos Montemayor, pieza cercana al montaje.

“En algún momento la critíca de teatro, Olga Harmony, ya retirada, decía que hay poco teatro sobre el 68, y eso me llamaba la atención, sobretodo porque no hay un enfoque que nos abra un hambre de investigar sobre el tema. Esta trilogía tiene eso: es una vision muy personal, muy sustentada en distintas fuentes videográficas, pero al mismo tiempo con una vena poética y una idea conceptual que me atrapó”.

Como pieza tragicómica y con la prosa poética como distinción de la trilogía, detalló que hay un hilo conductor muy sutil entre la primera y segunda parte, así como esta última con la obra final, a través de la estética y el discurso escénico.

“El personaje que aparece en la obra uno, que es una mujer, ve el 68 desde retrospectiva, no está en los 60. Los personajes de No corran, es una provocación, aunque se menciona la visita de ese personaje, están a tres semanas de que pasó la trágica tarde del 2 de octubre”.

A partir de ahí, compartió que ya se delimita el discurso del personaje de Elena Garro, de la cual, aunque ya se aprecian sus letras y su complejidad desde esta segunda parte, con una investigación bibliográfica, aparecerá en la tercera obra.

“Tiene que ver con plantear un discurso que no tenga concesiones, pero que tampoco busque el martirologio. Usamos mucho esa palabra en la trilogía, de no hablar del 68 como víctimas, ni hablar de los que tienen una verdad, sino desde un conflicto humano, estamos muy anclados de una figura mitológica”.

A decir del dramaturgo, una de las diferencias de la puesta en escena, es que no va en el mismo sentido que las demás piezas en torno al 68, al no defender ni atacar a ningún grupo.

“Una lectura, que es más o menos como se ha manejado, del buen lado de la historia, es la que promueve ahorita David Olguín sobre su historia del 68, donde hay un malo, un traidor y los buenos son los de la UNAM. Yo estudié en la UNAM, hicimos el posgrado, pero detrás de eso hay una lectura de clase, donde ‘los del poli’ sí eran radicales y ahí sí cabían posibilidades de que hubiera traidores”.

Eper, la primera parte de la trilogía, fue estrenada en 2012 y concluyó su ciclo en 2016, en el Teatro “Tomás Terry” de Cienfuegos, Cuba. Aunque la temporada de esta segunda obra apenas comienza, el dramaturgo consideró que el estreno de la tercera parte será más cercano, al ya no ser autogestiva y contar con un productor, “hay un trabajo muy comprometido, es la obra más responsable y la más honesta respecto al 68 en cartelera”, concluyó.

Lo que debes saber:

La trilogía se caracteriza por hacer una lectura crítica de la historia y las “verdades oficiales” que se disfrazan de “no oficiales”.
El eje de esta segunda parte es Sócrates Amado Campos Lemus.
Fue señalado como provocador de la represión oficial y delator del Movimiento Popular Estudiantil de 1968.
El montaje plantea un paralelismo, a espacio temporal, entre Sócrates con el escritor José Revueltas, cuando se encontraron en Lecumberri tras el 68.
Se presentará todos los miércoles a las 20:30 horas, hasta el 6 de diciembre, en el Centro Cultural Carretera.

LEG