Dos casos del mundo sindical pondrán a prueba la política laboral del nuevo Gobierno: el intento de Elba Esther Gordillo de regresar al SNTE y la posible reelección de Carlos Romero Deschamps al frente del sindicato de trabajadores petroleros.

Gordillo emprendió una campaña en pos de retomar el control del sindicato el mismo que un juez decretara su libertad.
A través de Facebook se inició una cadena de afiliación a un movimiento con el que se pretende recuperar a los trabajadores del magisterio leales a la profesora.

Independientemente de esto, la profesora ha iniciado un proceso legal por varias vías, cuya finalidad es desconocer los acuerdos del Congreso Nacional del SNTE, realizado en febrero pasado, en el cual Juan Díaz Aguirre fue designado presidente del sindicato.

Estas vías pasan por la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) que investigan a Isaac Chertorivsky, encargado de manejar el Fondo de Retiro de los Trabajadores –del SNTE-, así como a la empresa Kubo Maestro, creada a instancias de Díaz Aguirre para el otorgamiento de créditos a los trabajadores de la educación.

Se puede decir que Gordillo tiene a dos fuegos a Díaz Aguirre: por la parte jurídica y por la penal.

Y como fue tratada, se ve muy difícil que la profesora prefiera la ruta de la conciliación.

En el caso de Romero Deschamps, es claro y manifiesto que no es santo de la devoción de López Obrador, por lo que se estaría buscando la forma de desplazarlo sin provocar tensiones entre los trabajadores.

El sindicato adelantó su revisión salarial, que debería ocurrir este mes; en junio pasado, empresa y sindicato pactaron un incremento salarial de 3.42%, vigente hasta julio de 2019.

El 11 de diciembre pasado, Romero Deschamps fue reelegido para continuar al frente del sindicato por seis años más, hasta 2023, pero grupos de petroleros disidentes pidieron a López Obrador que pudiera hacer una elección el 10 de enero del año próximo.

El Presidente electo dijo que respetará la vida de los sindicatos, pero también se comprometió a democratizarlos.
Tiene dos oportunidades de demostrar si va en serio o no.

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El equipo que apoya la candidatura de Manuel Gómez Morin Martínez del Río para la dirigencia nacional del PAN busca que antes del 11 de noviembre se pueda llevar a cabo una reunión del Consejo General del partido, para prorrogar al 31 de diciembre la elección del nuevo presidente.

Ernesto Ruffo Appel dijo que ante la posibilidad de que Ricardo Anaya, a través del ex diputado Marko Cortés, se haga de la presidencia nacional del PAN, se prendieron las señales de alerta, motivo por el cual se han dado a la tarea de recabar un tercio de las firmas de los 380 consejeros nacionales para poder convocar a una reunión extraordinaria del Consejo General del partido.

El bajacaliforniano afirmó que no pueden permitir que alguien que ha sido señalado por “los moches” pueda llegar, a través de su alfil Marko Cortés, a la dirigencia nacional del partido y acusó que durante el proceso de recolección de firmas, Cortés usó la estructura de los estados donde gobierna el PAN para que sus trabajadores firmaran el formato de apoyo a su candidatura.

O sea, todo normal.