Jóvenes de Nicaragua que no conocen otro Gobierno más que el del dictador Daniel Ortega son criminalizados por exigir democracia en su país.
Así lo acusaron ayer Fátima Villalta, dirigente estudiantil de Nicaragua, y Henry Ruiz, representante del Consejo Nacional en Defensa de Nuestra Tierra Lago y Soberanía, quienes dejaron Nicaragua y vinieron a México en busca de refugio y apoyo, por la situación que atraviesa su país y para difundir, sobre todo, las condiciones tan injustas que enfrentan los estudiantes.
Y es que con la Ley Antiterrorista que se implementó en Nicaragua, procesan y encarcelan a los ciudadanos que se manifiesten de cualquier manera en contra del régimen de Ortega.
Desde abril pasado, miles de nicaragüenses han salido a las calles para protestar y pedir que liberen a estudiantes, trabajadores y maestros que se han unido a las manifestaciones contra las políticas del dictador Ortega.
Fátima narró que desde pequeña no recuerda otro Gobierno que no sea el de Ortega y afirmó que después de que Nicaragua aprobó la reelección continua, se terminó la democracia en Nicaragua.
La dirigente dijo que al entrar a la universidad se dio cuenta de cómo quieren callar y despedir a los profesores de las diferentes universidades del país, principalmente en las públicas, donde encontrar un trabajo como profesor crítico se vuelve imposible.
Explicó que conforme transcurría el tiempo, más gente se unía a las protestas, hasta que el régimen ejecutó la Ley Antiterrorista, la cual se utilizó para criminalizar protestas pacíficas.
Fátima detalló a 24 HORAS que esta norma ha permitido meter a prisión a estudiantes que se manifiestan en contra de las dictaduras de Ortega, y permite culpar por terrorismo a cualquier ciudadano que se oponga a la actual situación política del país.
“La ley se aprobó hace dos meses, y surgió para criminalizar la protesta. Es muy amplia, pero gracias a esta ley, hay gente que está presa lo mismo por llevar comida a los protestantes que gente que fabrica bombas molotov”.
Finalmente agregó que exigen la destitución de Ortega y no están en opciones de diálogo, ya que cuando se planteó, el dictador utilizó ese momento para hacer tiempo y reunir a los militares con el fin de reprimir.
“Queremos que se vaya; verdad y justicia para las más de 400 personas muertas y exiliadas”, reclamó.
fahl