El Presidente Donald Trump busca darle un giro a las presiones políticas que hoy tiene en su país con los recientes escándalos, tanto el Rusia Gate como los escándalos del pago a dos mujeres que poco a poco lo llevan a un terreno peligroso en el ámbito legal en su país.

De una forma poco habitual, ha venido comentando con signos positivos la “cercanía de un acuerdo comercial con México muy pronto”.

Ante la proximidad de las elecciones intermedias que se llevarán a cabo el 06 de noviembre en los Estados Unidos, hasta el momento, las encuestas apuntan a un posible dominio del congreso por parte de los demócratas y a la posible pérdida de siete gubernaturas de las que hoy tiene el partido republicano.

Donald Trump necesita eventos que puedan apoyar a su partido a retener el congreso y la mayoría de las gubernaturas, y un acuerdo inicial del TLCAN lo ayudaría, porque al final de cuentas, no sólo será mantenerlo, sino expandirlo a favor de los Estados Unidos, lo que ayudaría a generar mayor inversión y empleos, aunque habrá que ver si la productividad pudiera incidir más que una presión inflacionaria futura.

Hoy en día, la sociedad americana vive un momento muy positivo en el ámbito económico. Las familias tienen más dinero y las empresas han venido creciendo sus utilidades en forma importante. La reducción de impuestos se está viendo en los resultados de las empresas y aún habrá que ver un segundo semestre del año en estas condiciones.

Sin embargo, a una parte de la población americana, le preocupa la forma de actuar de su presidente y los riesgos de decisiones tanto internas como externas. También enfrenta desencuentros con políticos de su propio partido.

Para México, el momento actual que se vive en la renegociación del TLCAN es crítico. México no puede decidir este acuerdo anteponiendo “lo político sobre lo económico”. Alcanzar un acuerdo en estos días, sería muy peligroso en las consecuencias de mediano y largo plazos para nuestra economía, las inversiones y el empleo, entre otras cosas.

Estados Unidos está incluyendo la cláusula sunset y el impuesto del 25% para autos fabricados en plantas nuevas, condiciones nuevas para lograr sus objetivos de mejores condiciones en las reglas de origen en el sector automotriz y otros sectores como inicialmente lo promovió.

El gobierno actual de México ya va de salida. La negociación del Secretario de Economía Ildefonso Guajardo ha sido muy positiva hasta el momento, pero no puede ceder posiciones en estos momentos, mientras que el gobierno que entrará en funciones en diciembre próximo, no puede permitir cerrar por cerrar para quitarse esta incertidumbre, porque si quiere tener éxito en su gestión sexenal, tendrá que trabajar mucho de la mano de la iniciativa privada. De lo contrario, conforme transcurra el sexenio, México estará viendo un claro debilitamiento económico con la política social que se avecina.

Ojalá los negociadores mexicanos sigan defendiendo lo más posible la condición de México en el TLCAN. Falta lo que diga Canadá posteriormente, pero por los tiempos, vemos muy difícil que Estados Unidos tenga todo listo para la firma en noviembre ya como acuerdo trilateral y por lo tanto, será el próximo presidente de México el que lo llegue a firmar en su caso.