CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Francisco exhortó hoy a miles de jóvenes italianos a ser “protagonistas del bien” y a decir “no” a la “cultura de la muerte“, representada en “la mentira, la estafa, la injusticia y el desprecio a los demás”, advirtió.

 

El pontífice realizó esta invitación antes del rezo del Ángelus dominical en la plaza de San Pedro, al que asistieron 90 mil fieles, según cifras de la Gendarmería Vaticana, entre ellos miles de jóvenes italianos llegados en peregrinación desde todo el país.

 

Ante ellos Francisco parafraseó al jesuita chileno San Alberto Hurtado: “Es bueno no hacer el mal, pero es malo no hacer el bien”, una frase que hizo repetir a todos los que le escuchaban.

 

“Renunciar al mal significa decir ‘no’ a las tentaciones, al pecado y a Satanás. Más en concreto implica decir ‘no’ a una cultura de la muerte, que se manifiesta en la fuga de la realidad hacia una felicidad falsa, expresada en la mentira, la estafa, la injusticia y en el desprecio a los demás”, defendió el papa.

 

Por ello subrayó que para ser “un buen cristiano es necesario hacer y sumarse al bien”.

 

“Muchas veces se escucha a alguien que dice ‘Yo no hago el mal a nadie’. Y se cree que es un santo. De acuerdo, ¿pero el bien lo haces? Cuántas personas no hacen el mal, y tampoco el bien, y su vida transcurre en la indiferencia y la apatía”, lamentó.

 

Bergoglio exhortó entonces a los jóvenes a “ser protagonistas del bien” porque “no hacer el mal no basta”.

 

“Cada uno es culpable del bien que podía haber hecho y no hizo. No basta no odiar, hay que perdonar. No basta con no tener rencor, hay que rezar por los enemigos. No basta no dividir, sino que hay que hacer la paz donde no existe. No basta con no criticar, sino hay que interrumpir cuando escuchamos a alguien hablar mal”, indicó.

 

Todo porque, según sostuvo, “si no nos oponemos al mal, lo alimentamos en modo tácito”.


Francisco comenzó el acto recorriendo en “papamóvil” la plaza del Vaticano, repleta de jóvenes de todo el país que desafiaron las altas temperaturas en la capital italiana para escuchar sus palabras.

DPC