Foto: REUTERS Un total de 55 cajas fueron descargadas este miércoles en la base aérea estadounidense Osan, donde se montó una guardia de honor militar para marcar el regreso de las tropas caídas  

Envueltos con banderas azul con blanco de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), las cajas con los restos de los soldados muertos en la Guerra de Corea partieron hoy rumbo a Estados Unidos, después de una ceremonia en Osan, Corea del Sur.

 

Un total de 55 cajas fueron descargadas este miércoles en la base aérea estadounidense Osan, donde se montó una guardia de honor militar para marcar el regreso de las tropas caídas en combate mientras cuatro aviones F-16 volaron sobre la pista para honrarlos por sacrificar su vida durante la guerra.

 

Las cajas se colocaron en dos aviones de carga C-17 Globalmaster, los cuales despegaron la noche de este miércoles –con dos horas de diferencia uno de otro- rumbo a Hawái, informó el Comando de la ONU (UNC, por sus siglas en inglés).

 

“Este es un recordatorio solemne de que nuestro trabajo no está completo hasta que todos hayan sido contabilizados, sin importar cuánto tiempo lleve hacerlo”, sostuvo el comandante general de la UNC, Vincent Brook, durante un discurso previo a la partida de los aviones.

 

La ocasión fue parte de la ceremonia solemne para conmemorar el regreso de lo que se cree que son los restos de soldados estadounidenses muertos en la Guerra de Corea, los cuales fueron trasladados la semana pasada a la base aérea de Osan procedentes de Corea del Norte.

 

Durante la cumbre de Singapur en junio, el presidente estadounidense Donald Trump y el líder norcoreano Kim Jong-un acordaron la repatriación inmediata de los restos de prisioneros de guerra, los desaparecidos en acción y los soldados muertos ya identificados.

 

Cerca de siete mil 700 soldados estadounidenses figuraban como desaparecidos en la Guerra de Corea, y se cree que aún quedan cinco mil 300 de ellos en Corea del Norte. Un conflicto en el que murieron millones de personas y soldados, incluidos 36 mil militares de Estados Unidos.

 

Los restos llegarán a Hawái donde serán sometidos a un análisis forense más profundo, en algunos casos utilizando perfiles de ADN mitocondrial, en un laboratorio del Departamento de Defensa para intentar establecer identificaciones individuales.

 

TFA