El miércoles pasado, la Fed decidió elevar la tasa de interés a 2.00% anual dejando en claro la posibilidad de seguir con este ritmo de aumento trimestral en el año. Es decir, incrementos de 25 puntos base en septiembre y diciembre próximo, lo que la llevaría a concluir en 2.50%, y para 2019 estima tres aumentos para ubicarla en 3.25%; sin duda, ya una tasa de interés en un nivel más acorde al ritmo de crecimiento económico actual.

Mejoró el rango de expansión económica apoyado por el gasto del consumidor y la fortaleza del empleo, lo que mantendrá un nivel de presión hacia la inflación donde estima un rango entre 2.00 y 2.10%, cuando en marzo pasado estimaba un rango de 1.80 a 2.00%. Aun así, considera una inflación simétrica, en la que la presión actual puede ser temporal.

Se mantiene la presión al alza a lo largo de la curva. En caso de que el bono más líquido a nivel mundial (que es el de 10 años) se ubique arriba de 3.0%, existe un riesgo en el tiempo de afectación hacia la economía real, es decir, perjudicaría el crédito que normalmente se relaciona a autos e hipotecas, y se convierte en referencia para el tema de inversiones direccionales de grandes fondos.

El BCE reduce estimados de compra de activos a partir de diciembre próximo

Este jueves, por su parte, el BCE dejó sin cambio la tasa de interés en 0.00% y -0.4% la general y la de depósito, respectivamente. Sin embargo, dejó anuncio de que reducirá la compra de activos a 15 mil millones de euros mensuales ante la recuperación moderada de la economía y la inflación que, de nuevo, se dirige hacia el objetivo de 2.0%.

El euro intenta reaccionar temporalmente. La zona de 1.18 a 1.195 dólares marca resistencia técnica esperando iniciar una consolidación con soporte en 1.153 por el momento.

Sorprende el Banco Central de China

El Banco Central de China dejó sin cambio la tasa de recompra inversa a siete días en 2.55% anual. Algunos datos de la economía con crecimientos por debajo de lo esperado pudieron haber sido el factor para no subirlas ante la presión de alza de la Fed.

La economía podría crecer entre 6.6 y 6.9% anual en este año. El Gobierno y el mismo banco central buscan una alineación en el rumbo de la política económica y monetaria. La incertidumbre sobre la relación comercial con Estados Unidos mantiene “nerviosas” a varias autoridades.

También el Banco de Japón actuará “ultraflexible”

Este viernes, al leer esta columna, ya estará la decisión de política monetaria del Banco de Japón, en donde la economía vive un momento de contracción y con el riesgo de que, al ver datos en desaceleración de abril y mayo, genera un alto riesgo de caer en una contracción económica con un bajo nivel de inflación (0.6% anual en abril).

Por ello, vemos muy claro que el Banco seguirá muy laxo apoyando el crecimiento de la economía y llevar la inflación en el mediano plazo (2019 a 2020) hacia el objetivo de 2.0% anual.

¿Y el Banxico?

Prácticamente tiene todo en contra: la presión de la Fed, la incertidumbre sobre el TLCAN, el proceso electoral, las posiciones ya en contra del peso mexicano en el mercado de futuros en Chicago, tenencia de extranjeros en mercado de dinero muy sensible, la fluctuación del peso -que de mediados de abril a la fecha se ha depreciado 14.5%- y los precios al productor de nuevo por arriba respecto a los precios al consumidor (5.41% vs. 4.51% anual). Esperamos un aumento de 25 puntos base a 7.75%, y faltaría más todavía.