Foto: Cuartoscuro Este esquema laboral se originó y es más popular principalmente dentro de las industrias creativas como cine y televisión  

El panorama laboral ha cambiado radicalmente en las últimas décadas, no solo en las industrias que hoy se consideran las más exitosas del mundo, sino también la naturaleza del trabajo mismo realizado, las características de los individuos quienes ocupan las plazas en las compañías e incluso los procesos y flujos productivos utilizados. Poder manejar las innovaciones y tecnologías disruptivas propias de la actual revolución digital requieren nuevos perfiles de individuos especializados, con capacidades creativas y mayor libertad de acción a los empleados característicos del siglo XX. Hoy en día, se necesitan freelancers.

 

Se le conoce como freelance a aquella persona quien ha decidido trabajar de forma independiente, sin tener una obligación formal con alguna compañía o corporación específica.

 

Este esquema laboral se originó y es más popular principalmente dentro de las industrias creativas (cine, televisión, entretenimiento, música, diseño web), aun cuando ya ha comenzado a utilizarse de forma regular en otros sectores productivos y de servicios. Gracias a su particular forma de abordar la vida profesional, las empresas pueden asegurar que son individuos apasionados por sus actividades, con habilidades perfeccionadas específicamente a ciertas tareas y con una forma propia y distinta de ver el mercado.

 

“Es todavía difícil en algunas industrias alcanzar a ver la utilidad de los freelancer, porque tienen muy marcada las forma en cómo se trabajaba hace un par de décadas”, comenta Montserrat Aguila, CEO de Werk. “Pero los individuos y compañías quienes ya han empezado a utilizar estos nuevos esquemas laborales ya se han comenzado a beneficiar de los frutos de su talento.

 

Los mismos profesionales independientes pueden finalmente dedicarse exclusivamente a las cosas consideradas valiosas, interesantes y atractivas mientras poseen un alto grado de libertad en sus rutinas. Al mismo tiempo, las empresas pueden elegir perfiles altamente especializados que, además de asegurarles un trabajo bien hecho, les proveen un enfoque creativo difícil de desarrollar dentro de su propia fuerza de colaboradores”.

 

Dentro de la economía digital y la llamada Cuarta Revolución Industrial, uno de los principales valores productivos es precisamente la creatividad. A partir del pensamiento innovador y disruptivo pueden surgir proyectos e iniciativas con el potencial de cambiar, para bien, la estructura completa de industrias. Y aun cuando no es imposible crear colaboradores con este nivel de ingenio dentro de una corporación, el mismo ambiente y entorno de una oficina, sin importar lo relajada o centrada en el individuo que sea, es una tarea mucho más difícil a la de contratar elementos freelance quienes, por su particular vida profesional, ya poseen dicho diferencial.

 

Por supuesto, las ventajas no son solo para las compañías, pues los mismos freelancers tienen múltiples ventajas a la hora de trabajar de forma independiente. De acuerdo con el Instituto Americano del Estrés, la principal causa de tensión entre los adultos es el ambiente de trabajo, un factor radicalmente reducido en quienes laboran con los nuevos esquemas, ya que pueden decidir sus horarios, sus periodos vacacionales y aquellos proyectos en los cuales desean participar. Además, al no ser parte de una organización estructurada, suelen tener mayor campo de acción a la hora de determinar cómo quieren llevar a cabo una iniciativa específica.

 

La popularidad de los freelancers es tal, que las organizaciones estadounidenses Upwork y Freelance Union estimaron cómo, para el año 2026, la mitad de las plazas de trabajo serán ocupadas por trabajadores independientes. Específicamente en México, este tipo de colaboradores tienen, en promedio, entre 30 y 39 años de edad, son principalmente hombres y su promedio de ingresos mensuales ronda los 272 mil 297 pesos, equivalentes a 22 mil 691 pesos cada mes.

 

AM