Estamos a unos días de sufrir una desconexión masiva de los hechos informativos por parte de una gran mayoría de ciudadanos.

No habrá más preocupación que el futbol, y dentro del campeonato de Rusia, lo que moverá a las masas será la suerte de la Selección Mexicana.

No hay duda que a muchos de los analistas que de manera habitual consulta el Banco de México les debe mover también la suerte del Tri, pero no incluye el Banco Central una pregunta sobre ese tema en su encuesta mensual.

Lo que sí hay que tomar en cuenta de ese ejercicio que hace el Banxico es que en la consulta previa al día de las elecciones son precisamente los factores internos, específicamente lo que ahora llaman la subdivisión de gobernanza, lo que ahora amenaza con ser un lastre para el futuro económico de esta nación.

Es habitual que el banco central mexicano tenga una sección de preguntas más abiertas para que los que analizan la economía expresen cuáles son los factores que podían obstaculizar el crecimiento económico de México.

Lo que ahora hacen con esta sección es dividir, un poco de forma arbitraria, las respuestas en categorías. Y digo arbitraria porque, por ejemplo, incluyen la incertidumbre cambiaria dentro de la subdivisión de condiciones externas, cuando mucha de la tensión tiene que ver con algo tan interno como el proceso electoral en curso.

Y esto está directamente relacionado con el principal lastre que ven los analistas del sector privado que el Banco de México ha categorizado como gobernanza con 55% de sus preocupaciones.

La respuesta que más acumula preocupaciones es aquélla que hace referencia a la incertidumbre política interna, con 22% de todas las respuestas. Viene después uno de los grandes lastres de este país: los problemas de inseguridad púbica. Y ahí presentes para completar el cuadro están la corrupción, la impunidad y la falta de Estado de Derecho.

En cuanto a la incertidumbre política interna, hay que hacer notar que no sólo se trata de la incertidumbre electoral. Vamos, no sólo es un asunto de que el actual proceso electoral llegue a buen puerto, haya elecciones transparentes y se respete el resultado. Cuenta, pero no es lo único.

La preocupación alcanza, porque así lo han expresado por separado muchos de los expertos consultados, las políticas que puedan seguir los posibles ganadores de la contienda.

Hay un temor, fundado, de que el cambio sea tan radical y tan en sentido contrario a la expectativa, que se genere la antesala de una grave crisis. Eso lo dejan ver en su respuesta.

En este momento, ni el nivel de endeudamiento del país, empresas o familias; ni la disponibilidad de financiamiento, vamos, ni la política de gasto público o la política tributaria son problemas que vean los analistas como una barrera para crecer.

Pero tienen claro que malas decisiones gubernamentales pueden regresar estos temas al primer lugar de los lastres. Por eso tanta preocupación y tanta angustia por los asuntos políticos en estos momentos.