Muy a mi pesar, debo reconocer que el equipo de redes sociales de López Obrador ha sido el mejor –de entre los tres proyectos serios; se excluye al “Bronco”–. Conscientes de los prejuicios que parte de la sociedad circunscribe a su candidato, estos sujetos, en lugar de callar y abordar temas menos espinosos, toman el camino difícil de intentar explicar posturas y opiniones de su “gallo” para 1) dar mayor certidumbre al indeciso y 2) dotar de armas narrativas a su militancia. Bajo distintas métricas, parece que están teniendo éxito.

Por ejemplo, recientemente publicaron “Pejenomics: hacia una economía para todos”, un documento de 18 páginas para “explicar las líneas generales del programa económico de AMLO y despejar las inquietudes sembradas por las campañas de desprestigio”. Sin mucho rigor técnico sobre los “cómos”, es más bien un panfleto de buenas y caras intenciones sin la mínima mención a su viabilidad presupuestal –insistiendo en su sueño guajiro, o mentira consciente, de “cero deuda nueva y cero nuevos impuestos”–; propuestas ya vistas en el “proyecto alternativo de nación”; y la promoción de los asesores económicos de AMLO para generar confianza. Pero la mayor virtud de “Pejenomics” es, precisamente, existir.

Su equipo de redes tomó el camino difícil de intentar disipar dudas. Apostándole a un formato amigable, lograron poner en la agenda del internet su programa económico, cosa que ni Anaya ni Meade han logrado. Y estos esfuerzos no solo abarcan el plano económico; replicaron la estrategia de “Pejenomics” para con otro tema crucial: la desigualdad social, política, cultural y económica que padecen las mexicanas. Con “Femsplaining: hablemos nosotras”, AMLO busca consolidar el apoyo de este sector hacia su campaña –en enero, según Mitofsky, Anaya lucía más competitivo entre mujeres que AMLO, pero según Reforma, para mayo, esta tendencia ya se había revertido en favor del tabasqueño–.

La cuenta de Twitter @AbreMasLosOjos –con las iniciales A, M, L y O, y oficialmente ligada a la campaña–, ha sido la vía principal para la difusión de estos documentos, pero también realiza otros esfuerzos: entrevistan a potenciales miembros del gabinete y los ponen a disipar dudas. Esteban Moctezuma, quien ocuparía la SEP, hablando de educación; Olga Sánchez, pensada para SEGOB, abordando la migración; Luisa Alcalde, propuesta para la STPS, opinando de la política laboral. Además, dicha cuenta tiene un manejo ágil de infografías explicando distintos temas: ¿por qué AMLO no será Chávez?, ¿por qué Anaya miente en un determinado tema?, ¿cómo deberá cuidar MORENA el voto en las casillas?

Se menciona a un grupo de jóvenes del equipo de Tatiana Clouthier, coordinadora de campaña, como los artífices de este nuevo enfoque digital –mismo que aplican en las hoy populares redes de la hija del “Maquío”–. Sea quién sea el estratega principal, están haciendo un gran trabajo que, sin duda, se refleja en la enjundia, la homologación y congruencia narrativa, y la aceptación que los jóvenes van teniendo con respecto a la campaña de AMLO. No por nada, según El Financiero, AMLO se estaría llevando el 51 % de las preferencias efectivas entre los millennials –mexicanos de 18 a 36 años–.

@AlonsoTamez