La renuncia de Margarita Zavala a la candidatura presidencial independiente se da luego de que desde hace varios meses en los cuarteles generales del Partido Revolucionario Institucional comentaban que la estrategia para llevar a José Antonio Meade a la Presidencia estaba basada en tres ejes: “Bajar a Ricardo Anaya del segundo lugar en las encuestas, pactar la renuncia de Margarita Zavala y lograr una movilización total de la estructura priista y sus aliados el día de la elección”.

Sin embargo, las sumas y restas que los estrategas de la campaña de la coalición Todos por México hacían hace dos meses no son las mismas. En febrero, previo al arranque de las campañas, la medición de Consulta Mitofsky daba 35.9 puntos a Andrés Manuel López Obrador; a Ricardo Anaya, 29.5%, tocaba 23.9% a Meade; a Jaime Rodríguez Calderón el Bronco, 2.5 puntos y a Margarita Zavala, 6.2%.

En ese escenario anterior a las campañas las cuentas más o menos salían, pues si se sumaban los seguidores de Margarita a Meade, el candidato de la coalición PRI-Verde-Nueva Alianza hubiera alcanzado 30.1% de las preferencias apenas a 4.8 puntos de López Obrador.

Pero Margarita Zavala llegó, también en los sondeos de Consulta Mitofsky, a mayo con cuatro puntos en un declive evidente frente al Bronco que alcanzó 3.7% de la intención de voto, pero ante López Obrador, quien arribó a los 44.5 puntos y un Anaya que resistió los embates, aunque bajó a 28% de las preferencias.

En este nuevo escenario, si se tratara de impulsar el voto útil frente a López Obrador, el beneficiario natural deberá ser Ricardo Anaya, pues al momento representa en los números del encuestador Roy Campos que es el único que podría competir con el candidato de la alianza Morena-PT- Encuentro Social, y en condiciones que aun sumándole 4% de Margarita se antojan difíciles.

En Tercer Grado, de Televisa, Margarita expone sus razones y deja en libertad a sus seguidores de optar por otro candidato, en lo que en verdad es un duro golpe a una mujer y política decente y digna, cuyo compromiso democrático y honestidad no tienen sombra de duda, pero también para la figura de los aspirantes presidenciales independientes, lo que hace un tema obligado revisar las complicadísimas e inequitativas condiciones de competencia que se les impone a éstos frente a los que son postulados por los institutos políticos.

Así las cosas, lo que sigue es conocer las nuevas mediciones de las encuestadoras para saber hacia dónde se moverá ese electorado que veía en Margarita Zavala una opción; habrá que observar si se divide o se mueve hacia Meade, Anaya o el Bronco, porque el perfil de los ciudadanos que la apoyaban no apunta hacia López Obrador.

Lo que sin lugar a dudas ocurrió es que la renuncia de Margarita Zavala a la candidatura presidencial añadió un elemento más de dramatismo e incertidumbre al ya de por sí complicado proceso electoral de 2018.