Foto: Reuters Las cuatro mujeres que acusan al ex fiscal tuvieron relaciones amorosas o encuentros privados con Schneiderman, a quien acusan de haberlas sometido a violencia física no consensual  

El prominente fiscal general de Nueva York, Eric Schneiderman, quien se había convertido en la corte en uno de los más feroces rivales de las políticas del presidente Donald Trump, renunció tras ser acusado de golpear a cuatro mujeres.

 

Los señalamientos fueron publicados la noche del lunes en el semanario The New Yorker, y tres horas más tarde Schneiderman, cuya oficina también emprendió una batalla legal contra el abusivo productor de cine Harvey Weinstein, había ya presentado su renuncia.

 

La revelación fue sorprendente debido a que Schneiderman cultivó una reputación como defensor de las mujeres, incluida la demanda contra la empresa que alguna vez dirigió Weinstein, acusado de abuso de más de 80 mujeres.

 

Asimismo, el fiscal general había elevado de manera reciente su perfil a nivel nacional al asumir la defensa de políticas liberales ante los ataques de Trump.

 

La oficina de Schneiderman había demandado al gobierno de Trump para defender a los jóvenes inmigrantes beneficiarios del Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), a refugiados musulmanes afectados por el veto migratorio y a importantes regulaciones ambientales.

 

Las cuatro mujeres que acusan al ex fiscal tuvieron relaciones amorosas o encuentros privados con Schneiderman, a quien acusan de haberlas sometido a violencia física no consensual.

 

Dos de ellas hablaron públicamente a los reporteros de The New Yorker, Michelle Manning Barish y Tanya Selvaratnam, porque sintieron que denunciar podría proteger a otras mujeres. La revista corroboró además los alegatos de otras dos mujeres que no ofrecieron su testimonio públicamente.

 

Barish y Selvaratnam señalaron que Schneiderman “las golpeó repetidamente, a menudo después de beber, con frecuencia en la cama y nunca con su consentimiento”. Las agresiones incluyeron bofetadas en las orejas y la cara, así como estrangulamientos que necesitaron incluso de atención médica.

 

Selvaratnam dice que Schneiderman le advirtió que podía hacer que la siguieran y que le intervinieran los teléfonos, y ambas dijeron que las amenazó con matarlas si terminaban su relación con él.

 

Otra mujer expresó que Schneiderman también la sometió repetidamente a violencia física no consensual, pero afirmó que ella estaba demasiado asustada de él como para presentar su testimonio de manera pública.

 

Una cuarta mujer, una abogada que ha ocupado puestos prominentes en la comunidad legal de Nueva York, dijo que Schneiderman trató de seducirla y que cuando ella lo rechazó, él la abofeteó en la cara con tanta fuerza que dejó una marca que persistió al día siguiente.

 

Más tarde, sin embargo, el ex fiscal renunció. “Si bien estas acusaciones no están relacionadas con mi conducta profesional o las operaciones de mi puesto, efectivamente me impedirán dirigir el trabajo de la oficina en este momento crítico. Por lo tanto, renuncio”, declaró.

 

TFA